Pedro jugó el sábado en Vallecas los últimos cinco minutos del partido después de dos meses recuperándose de una lesión en su rodilla que sufrió en la recta final del duelo ante el Getafe, jugado en el Martínez Valero el pasado 10 de diciembre. Esta mañana también ha entrenado en el campo anexo y señala que "me encuentro mejor de lo esperado y con muchas ganas de ayudar al equipo". Reconoce que "he pasado unas navidades difíciles, pero todo tiene su fin. Gracias al cuerpo médico del club y a los readaptadores se han cumplido los plazos y ya estoy para ayudar al equipo y para lo que diga el entrenador".

En el plano coral reconoce que cuando juegas bien y pierdes, como le está sucediendo al equipo en los últimos duelos, "te vas a casa con una rabia por dentro muy grande. Llevamos tres partidos en los que no conseguimos la victoria por una cosa o por otra y espero que el viernes llegue ese triunfo".

El hecho de que en la primera vuelta en el Municipal de Montilivi se perdió, no va a influir en el duelo ante el conjunto catalán. Entiende el mediapunta aspense que "no tenemos que mirar el pasado" y tiene muy claro que "hay que ganar sí o sí el partido, de una manera u otra y espero en que entre todos juntos podamos conseguirlo". En esa mala racha puede influir tanto la casualidad como esos pequeños detalles que siempre penalizan al equipo ilicitano. "La balanza está cayendo al lado contrario en los últimos tiempos, pero estamos contentos con el trabajo, la actitud y las ganas del grupo y estamos seguros de que al final caerá del nuestro".

No obstante, no duda en elogiar al Girona y es consciente de que ganar el viernes no va a ser sencillo. "Llevan siete partidos sin perder y eso dice mucho de su potencial. Tienen una gran plantilla, saben a lo que juegan y le meten mucho ritmo a los partidos. Va a ser un partido muy difícil. Hay que salir a comerse el campo con el deseo de ganar como sea y si damos nuestro mejor nivel podemos sumar los tres puntos".