Rubén Baraja está muy agradecido al Elche CF porque le permitió iniciar su carrera en los banquillos. Tuvo que hacer frente a multitud de problemas y superar mil y una vicisitudes para conseguir que un equipo armado en 20 días fuera capaz de competir con los mejores hasta las últimas cuatro jornadas.

El sábado en Vallecas, Rayo Vallecano-Elche CF...

Va a ser un partido especial para mí después de haber estado en Elche un año. Fue una gran experiencia que no olvidaré jamás. No será lo mismo que ir al Martínez Valero, pero será bonito y sentiré algo especial. Siempre quiero que al Elche le vaya bien, pero después de este partido.

¿Cómo ve al Elche de esta campaña?

Este año ha tenido más tiempo para poder planificar con mayor tranquilidad.Poder fichar con tiempo da la posibilidad de elegir jugadores con características especiales para lo que quiere el entrenador. Está compitiendo como todos y está en esa dinámica, lo mismo que nosotros, de intentar ser más regulares, aunque luego los resultados no acompañan como uno quisiera.

¿Qué diferencias encuentra entre este Elche CF y el que tuvo a sus órdenes?

Es un equipo distinto al mío, pero todo se valora desde las circunstancias. Yo tuve la plantilla que se pudo hacer y estoy muy contento del rendimiento que tuvimos el año pasado. Los chicos superaron de maravilla todas las dificultades que se presentaron en el camino. Yo no puedo valorar mucho más porque no estoy ahí, pero parece que tiene un buen equipo y que cuenta con jugadores diferentes a los que teníamos nosotros.

Su equipo se armaba a partir de la solidez defensiva y el de Alberto Toril busca más el área contraria... ¿No le parece?

Yo no soy nadie para valorar al actual Elche, ni a su entrenador. Pienso que nosotros, con los medios y posibilidades que teníamos, le sacamos el máximo rendimiento al equipo. Si algo hizo el Elche el año pasado fue competir y estar peleando ahí hasta los tres o cuatro últimos partidos. Cumplimos con el objetivo planteado, después de lo vivido en verano. Intentamos mantener el equilibrio y luego adaptarnos a la categoría. La Segunda es difícil y es clave no encajar, ser sólidos atrás. Y, después, tener posibilidades de llegar arriba. Un principio básico nuestro fue el de encajar pocos goles y lo conseguimos.

En el Rayo también tiene que trabajar duro para sacarlo de abajo de la parte baja...

Mi actual equipo es diferente. Coger un equipo sobre la marcha tiene sus dificultades. Es un vestuario distinto y las expectativas son muy altas al ser un club descendido. Cuando llegamos tuvimos que equilibrar el equipo, tratar de recuperar conceptos, conseguir un estado físico idóneo, porque había varios jugadores desconectados. Había muchas situaciones de conflicto dentro del vestuario. Nosotros lo que estamos tratando es de gestionar las posibilidades que tenemos y construir un equipo para poder competir. Quedan 21 partidos por delante, la segunda vuelta comienza con el Elche, somos optimistas y pienso que, a través del trabajo, en el que creo mucho, de la gestión de grupo y de sacar rendimiento, conseguiremos darle la vuelta a la situación y podremos mirar hacia arriba.

¿Qué encuentro podemos ver el sábado en Vallecas?

Es un partido en que los dos nos jugamos mucho. El Elche viene de dos derrotas y nosotros de dos empates. Es verdad que no hemos perdido desde principios de año, pero para nosotros es un partido fundamental, porque jugamos en casa, queremos conseguir que Vallecas sea un fortín y tenemos mucha necesidad de sumar de tres en tres.

¿Entiende la marcha de Lolo?

Para nosotros Lolo el año pasado fue una pieza importante, porque era un jugador con experiencia y clave en el vestuario. En la mayoría de las líneas el equipo era muy joven, nos dio ese equilibrio que necesitábamos y un buen rendimiento. No sé lo que ha pasado, ni por qué ha pasado, pero con nosotros cumplió con el rol que le encargamos dentro el equipo y siempre se lo agradeceré.