El consejo del Elche hizo valer su mayoría accionarial para sacar adelante, con el apoyo casi unánime, las cuentas de la campaña 2015-2016. El balance ha arrojado un déficit de 2,2 millones de euros, motivado por la provisión de gasto de 4.045.000 euros para pagar la multa de la Unión Europea, a pesar de que ha sido recurrida, tanto como incidencia concursal como ante el Tribunal Europeo.

La directiva vivió en la tarde de ayer una junta general bastante plácida. El hecho de que la entidad se encuentre en concurso de acreedores, que la evolución económica esté siendo positiva y que todas las cuentas están supervisadas por el administrador concursal, Carlos Pérez Pomares, provocó que tan sólo un grupo de pequeños socios optase por la abstención.

Los accionistas aprobaron mayoritariamente los números, a pesar de contar con un déficit de 2,2 millones correspondiente al ejercicio 2015-2016. El secretario general, Juan Pascual, explicó que la intención del consejo era presentar superávit -unos 1,8 millones de euros- pero la decisión de destinar 4 millones a pagar la multa de Europa lo ha impedido.

El presupuesto para la presente temporada 2016-2017 asciende a unos 11 millones, de los que la mayoría van a gastos de personal, que suman 6.559.000 euros. La primera plantilla, cuerpo técnico y comisión deportiva se llevan 4.274.000 euros; el fútbol base 710.000 y el personal no deportivo 550.000. En el apartado de gastos también figuran 1.025.000 euros de Seguridad Social, 390.000 de material deportivo, 1.560.000 de servicios exteriores, 425.000 de desplazamientos y 620.000 euros de otros gastos.

En cuanto a ingresos, la entidad franjiverde ha establecido 6.490.000 de televisión, 2.116.000 de publicidad y arrendamientos y 1.712.000 en abonos y taquillas. A esta cifras hay que añadir los 850.000 correspondientes al primer pago del traspaso de Sergio León a Osasuna, por lo que si las cuentas salen como están previstas se podrían obtener beneficios a final de campaña.

Tensión en ruegos y preguntas

Los únicos momentos un tanto tensos de la asamblea se produjo en el apartado de ruegos y preguntas. El exconsejero José Antonio Antón matizó que sin la ayuda de la LFP de 2.350.000, a pesar de que no hubo compensación por el descenso, el balance hubiera sido de 826.000 negativos, algo que Juan Pascual argumentó diciendo que también había habido, al igual que ese ingreso extraordinario, otros gastos inesperados.

Al mismo tiempo, Antón, para impedir la capitalización de deuda por acciones, propuso que en el convenio de acreedores se contemplase una quita del 78%, ampliar a 12 años el tiempo de pago, dando la posibilidad de que estando al menos un año en Primera los acrredores pudiesen recibir ese año 15 millones, por lo que la quita neta total sería sólo del 24%.

José Joaquín Belda lamentó que no se hubiera entrada antes en concurso de acreedores para evitar el descenso, mientras que Francisco Barceló preguntó que si se capitalizase la deuda, los máximos acreedores podrían vender el club posteriormente, algo a lo que el presidente, Diego García, negó que se estuviese contemplando.

Por último, la mayoría de accionistas pidieron que se abriese más el club, algo a lo que el consejo se comprometió.