El defensa del Elche, Edu Albacar, ha apagado esta mañana el pequeño incendio provocado por su negativa inicial a lanzar más penaltis tras fallar ante el Getafe su segunda pena máxima consecutiva. El futbolista catalán ha confesado que «si el entrenador lo cree oportuno que tire los penaltis, los tiraré sin ningún problema». Reconoce que «lo del otro día fue un calentón y, luego rectifique. Estaba fastidiado porque por mi culpa el Elche no ganó los tres puntos». Entiende que «no fue un motivo de presión, ya que los he lanzado en el minuto 91, pero no estaba acostumbrado a fallarlo». A continuación, afirmaba que «siempre he dicho que un penalti te lo tiene que parar un portero, nunca hay que tirarlo fuera, pero me ha quedado claro que es mejor no hablar».

Piensa que todo este ruido no le va a perjudicar a la hora de ejecutar el siguiente. «Cuando planto el balón para lanzarlo estoy convencido de que lo voy a meter, si no fuera así, sería el primero en quitarme y decirle a otro compañero que lo tire», señaló antes de explicar que «cuando un jugador está acostumbrado a aportar al equipo equis puntos a balón parado y falla un penalti le duele. Ahora, en dos semanas, he errado dos. La gente me dice que hago un mundo de todo esto, pero, la verdad es que no estaba acostumbrado a ello».

El viernes regresa a Tarragona para medirse al Reus con el deseo de olvidar lo antes posible lo acontecido ante el Getafe. «Desde el sábado ya sólo pienso en que empiece el partido ya que todos tenemos ganar de despedir el año con una victoria y aunque fuera no estamos bien del todo, queremos cambiarlo y ser el mismo equipo que somos en casa», explicó.

«Queremos tener el balón y la propuesta de fútbol es buena, aunque tenemos que mejorar algunos detalles que nos condicionan», dice, en relación al equipo, antes de asumir que «parece que nos tienen que meter un gol para que seamos capaces de reaccionar y empezar a jugar. Tenemos que ser nosotros los que llevemos la iniciativa desde el inicio».

Físicamente dice encontrarse bien «después de estar un año parado» y explica que «acabo los encuentros con buenas sensaciones. No me encuentro al cien por cien, pero ya estoy muy cerca de ello».