El Elche parece que no aprende la lección. El conjunto ilicitano no sabe sacar los partidos adelante cuando se pone por delante en el marcador y en Almería volvió a tropezar con la misma piedra.
En una Segunda División tan igualada resulta primordial saber jugar con el resultado a favor y con ventajas mínimas. Pero el equipo de Toril no es capaz de defender cuando hace los más difícil como es marcar primero.
Ya le ha sucedido hasta en cuatro ocasiones en la presente temporada. En Murcia, frente al UCAM, se puso 0-1 y terminó empatando (1-1) y gracias. En casa, frente a Córdoba y Nàstic también fue capaz de ponerse con ventaja y terminó cediendo dos puntos. Y en Almería ocurrió algo parecido. Los franjiverdes marcaron primero y terminaron perdiendo. Sólo cuando se ha puesto con una clara ventaja, con varios goles rápidos de manera consecutiva, como ocurrió en Huesca y Zaragoza, el conjunto de Toril ha terminado ganando.
Además, el juego del Elche no termina de convencer. El fútbol de calidad que mostró en las primeras jornadas del campeonato, principalmente frente a Rayo Vallecano y Tenerife, se ha ido diluyendo.
El técnico franjiverde no termina de encontrar en el equilibrio en el centro del campo, que es la zona principal para controlar los partidos, tanto a nivel ofensivo como defensivo.
Toril apostó en el inicio de Liga por Dorca y Mandi en el doble pivote, con Matilla por delante y le dio buen resultado. Pero la lesión del canario trastocó su planes, a pesar de la llegada de un futbolista de renombre como Álex Fernández.
Un trivote fijo
El preparador cordobés ha ido variando. Comenzó con Dorca y Matilla de mediocentros y Álex por delante, pero el rendimiento no terminó de ser bueno. Luego, tras la sanción de Matilla, probó con Dorca-Álex y Pelayo más adelantado y funcionó mejor. Con la vuelta del toledano insistió en su trivote favorito (Dorca-Matilla y Álex), pero no acaba de encajar. En Soria, tras ir perdiendo 2-0, decidió retrasar la posición de Matilla, situarlo por delante de la defensa y a Dorca y Álex más adelantados. Dio resultado y el Elche empató. Frente al Valladolid repitió y los goles de Álex Fernández también permitieron recoger el premio y parecía que Toril encajaba las piezas de su puzle.
Pero el viernes en Almería se volvió a las andadas. Cuando el Elche va por detrás en el marcador y los rivales se meten atrás, Matilla puede ejercer de primer centrocampista. Sin embargo, cuando va ganando es más difícil y el equipo se mete demasiado atrás. Hay jugadores como Dorca o Álex Fernández que están más acostumbrados a jugar por delante de la defensa que el toledano. En la recta final, con la salida de Lolo, formando el doble pivote con Dorca, se vio a un Elche mucho más equilibrado.
Definir el centro del campo es la tecla que Toril no termina de pulsa bien y es su asignatura pendiente. El problema del técnico franjiverde es que se ha empeñado en un trivote que no siempre ha funcionado, pero no ha sabido mover las piezas como requería algunos partidos.
Además, su empecinamiento en ese trivote le ha alejado de otra alternativa que funcionó en la primeras jornadas como fue colocar a Nino de mediapunta por detrás de Guillermo.
La ausencia de Pedro
Otras del cuestiones que fallaron en el estadio Juegos del Mediterráneo fueron las bandas. La ausencia por sanción de Pedro se notó y mucho. El mediapunta realiza un trabajo oscuro, pero muy beneficioso para el equipo y ayuda mucho en las labores defensivas por el carril derecho.
Toril eligió a un delantero como es Guillermo para sustituir al jugador de Aspe. El joven futbolista vasco se sacrificó, pero teniendo el Almería a dos extremos como Fidel y Puertas quizás el técnico debió optar por otro tipo de futbolista que colaborase más a la hora de defender.
El principal damnificado de esa decisión fue Luis Pérez. El técnico mantuvo al utrerano en el once inicial después de su buen partido frente al Valladolid. Sin embargo, en el descanso fue señalado por el técnico y sustituido por Correa, cuando el sevillano estuvo al mismo bajo nivel que el resto de sus compañeros y , además, propinó un duro golpe moral para el exfutbolista del Jaén.
Algunos sectores de la afición están ya mirando hacia el banquillo. Toril deberá encontrar pronto soluciones y afinar con su partitura porque, de lo contrario, el futuro su podría complicar.
