Alberto Toril suele ser el protagonista y sobre sus espaldas recae la responsabilidad de los resultados deportivos del Elche. Pero detrás del técnico franjiverde hay un amplio grupo de trabajo, que realiza una labor, que en la mayoría de las ocasiones se quedan fuera de los focos, pero que es igual de importante para el éxito o el fracaso del conjunto ilicitano.
Junto a Toril ha llegado esta temporada el segundo entrenador, Iván Madroño, que es natural de Talavera de la Reina y ya acompañó al preparador cordobés en su etapa en el Castilla. De la mano del primer entrenador, también, han recalado en la entidad franjiverde el preparador físico, Miguel Ángel Fernández, que la pasada temporada estuvo en el Fuenlabrada, en Segunda División B.
Otro que ha llegado por recomendación de Toril ha sido Beñat Labaien, natural de Bergara (Guipuzkoa), a quien el técnico conocía de las categorías inferiores del Real Madrid y hace las funciones de scouting y es el encargado de grabar todos los partidos del Elche desde las cabinas de Prensa para, luego, analizar los posibles errores o incidir en los aciertos.
Junto a las personas de confianza del entrenador, permanecen otros hombres de la casa, que ya llevan varios años trabajando en el club ilicitano.
El más veterano es Marcos Abad. El entrenador de porteros de Alcoy aterrizó en el Elche hace siete temporadas de la mano de José Bordalás y ha continuado, tanto con César Ferrando, Fran Escribá, Rubén Baraja y, ahora, con Toril. Abad está considerado como uno de los entrenadores de porteros mejor preparados de España y todos los entrenadores con los que ha trabajado han destacado su profesionalidad. Este año termina contrato y el exdirector deportivo, Víctor Orta, está muy pendiente para, si no renueva, llevárselo al Middlesbrough de la Premier League inglesa, igual que hizo con el scouting Francisco Peral.
Javi Caballero, natural de Elche, lleva trabajando muchos años en la preparación física del fútbol base franjiverde y desde la segunda temporada en Primera División, con Fran Escribá, colabora y ayuda al primer equipo.
Completa el cuerpo técnico Luis Casas, que es el encargado de viajar para estudiar a los rivales inmediatos del conjunto ilicitano y que, con los videos correspondientes, luego los analiza con el resto de entrenadores.
Muchas horas
A pesar de que los entrenamientos empiezan sobre las diez o diez y media de la mañana y suelen durar dos horas, son muchas más las que los componentes del cuerpo técnico dedican a preparar todo.
La mayoría de días, a las ocho de la mañana ya están en las dependencias del Martínez Valero, incluso, algunos como Marcos Abad, que suele ser el primero en llegar, a las siete y media ya entra en el vestuario. Tras una primera toma de contacto y después de la llegada de los futbolistas, que tienen que estar hora y media antes de empezar a entrenar, todos juntos suben a la primera planta para desayunar.
Posteriormente se vuelven a bajar al despacho que hay en el vestuario para preparar el entrenamiento, dialogar con el cuerpo médico para comprobar cómo están los jugadores lesionados y/o tocados y para ultimar los detalles de la sesión de preparación.
Principalmente, el primer día de entrenamiento de la semana, es cuando analizan los errores del partido anterior y luego lo ponen en común con los futbolistas.
Una vez finalizado el entrenamiento, el cuerpo técnico continúa trabajando. Es el momento de analizar a los siguientes rivales, de estudiar los método para conseguir mejores resultados y de visualizar los videos y los análisis que ha traído Luis Cosas.
La mayoría de los días se quedan en el Martínez Valero hasta las seis y las siete de la tarde. Es decir que, en muchas ocasiones, permanecen en el estadio diez horas, especialmente los días que hay comida obligatoria para los jugadores. En el resto siguen trabajando en casa.
