Minuto 28. Pelayo Novo recoge un balón, en el segundo palo, enviado por Pedro desde la derecha, que Nino dejó pasar, y lo manda al fondo de la red. Era el 0-1 en La Romareda ante el Real Zaragoza. La diana que abrió una victoria franjiverde a orillas del Ebro que va a provocar que las aguas bajen más tranquilas por Elche, después de una racha de cuatro partidos sin ganar. El asturiano corrió hacia el banquillo y se abrazó al doctor César Quesada. Se lo había dedicado hace tiempo. Son varios años de convivencia, de horas de dialogo entre lesionado y médico, incluso cuando estuvo cedido en Lugo y Córdoba, frente a frente, de amigos. Cuando el balón besó la red se acordó del médico. Quiso hacer partícipe de esa alegría a su «psicólogo» particular. «En los momentos malos siempre está ahí siempre», reconoce el centrompista.

Pelayo Novo hizo el domingo su partido, quizás el mejor desde que está en el Elche. Marcó todavía un gol más y realizó un encuentro extraordinario en su regreso a la titularidad, como enlace con el punta. Cuando, en el minuto 80, pidió el cambio estaba ya tieso. Llevaba mucho tiempo sin jugar un envite entero en la Liga y el de la Copa del martes frente al Alcorcón lo disputó entero.

Al final del duelo, el centrocampista franjiverde reconocía estar «muy contento», tanto en lo coral como en lo personal por «ayudar al equipo a sumar los tres puntos con mis dos goles y mi trabajo». De todas formas, prefiere seguir fiel a su manera de ser y no despega los pies del suelo. «Mi filosofía es seguir peleando para ganarme minutos y oportunidades».

Unos días después, así es el fútbol, ha pasado a recibir elogios en el entorno de su trabajo, después de que el martes en la Copa una parte de la afición le recriminara desde la grada alguna pérdida de balón. Pelayo no da importancia, ni a una cosa, ni tampoco a la otra. «A nadie le gusta que le silben pero yo me centro en lo mío. Es algo normal en los campos de fútbol y hay que asumirlo. Cuando esto sucede hay que estar tranquilo y hacer tu trabajo. Entiendo que la gente se caliente con algún jugador cuando el equipo no lo está haciendo bien. Igual, si yo estuviera, ahí en la grada, igual también diría ¡c...!, haz algo más».

Reconoce el jugador ovetense que «pierdo balones, cometo errores y también acierto, pero me encuentro bien tanto en los entrenamientos, como en los partidos, y poco a poco el entrenador me está valorando a mi y a otros compañeros que jugamos menos minutos».

Finalmente, considera que la victoria en Zaragoza es muy importante pero «ya solo quiere pensar en el duelo del sábado ante el Córdoba, rival ante el que tenemos que ser capaces de darle una nueva alegría a la afición». Pelayo sí reconoció que la victoria ayudará a «vivir mejor durante la semana» y explicó que La Romareda es un campo «difícil en el que será complicado sacar puntos esta temporada, lo que todavía da más valor a nuestro triunfo».