El recordado Johan Cruyff consideraba imprescindible en su filosofía de juego la figura de los extremos para realizar un fútbol de carácter ofensivo. En la actualidad se tiende a jugar más con interiores, pero en el caso del Elche existe una «rara avis». En banda, Alberto Toril cuenta con un extremo a la vieja usanza, vertical y que llega bien hasta la línea de fondo. Se llama Pablo Hervías y está cedido en el Elche por la Real Sociedad. Comenzó en la peña Balsamaiso en Logroño, antes de dar el salto a la cantera del equipo donostiarra, y todavía tiene un gran margen de mejora. Con la camiseta franjiverde desea dar el salto que necesita para jugar en la élite.

¿Cómo se enfrenta el Elche al duelo en La Romareda, después de los últimos traspiés sufridos tanto en la Liga como en la Copa?

El partido en Zaragoza lo afrontamos con motivación y con muchas ganas de conseguir los tres puntos. El encuentro en la Copa del Rey no ha dejado ninguna huella. A nadie le gusta caer, pero el equipo estuvo bien, y pienso que dimos un importante paso adelante a pesar de que el resultado no fue bueno. Creemos en este sistema de juego y vamos a seguir adelante con estas ideas.

Parece que los estilos de Zaragoza y Elche, de Milla y Toril, estén en duda... ¿Qué le parece?

Al Zaragoza no lo conozco y no puedo opinar. Con relación a nosotros tengo que decir que el sistema lo ponen en duda gente externa. Dentro del vestuario creemos en nuestro fútbol y estoy seguro de que los resultados llegarán. Es verdad que estamos cometiendo errores, tanto arriba como abajo, pero pensamos que vamos a ser capaces de evitarlos a medida que avance la competición. No son excesivamente preocupantes.

¿Cómo se va encontrado a nivel personal?

Estoy muy contento. Me están saliendo bien las cosas, me encuentro con confianza y el sistema que empleamos me beneficia porque me permite jugar por fuera. ¿El pubis? No es problema porque puedo jugar al cien por cien.

En la grada existe el convencimiento que cuando el balón le llega puede ocurrir algo..

Cuando estoy en el campo no escucho lo que dice el aficionado y la verdad es que no he oído ningún murmullo. Trato de hacer mi fútbol y de ayudar al equipo. Aportó mi velocidad y desborde siempre que puedo.

Su compañero Rober dijo la semana pasada que usted era un jugador de Primera División. ¿Por qué no está jugando en la máxima categoría?

No lo sé. Quizás me haya faltado un entrenador que confiara en mí. Seguramente, yo también tengo que mejorar cosas y en ello estoy en cada entrenamiento.

¿Jagoba Arrasate ha sido su mejor entrenador?

Estuve a sus órdenes en División de Honor juveniles en la Real Sociedad. Me hizo debutar en el primer equipo y la pasada campaña quiso llevarme al Numancia. Le estaré eternamente agradecido. De todas maneras, me quedo con todos los que he tenido. He aprendido mucho ellos.

¿Qué aprendió de su padre?

Fue jugador de la Segunda División B antigua. Recuerdo que desde niño me hacía hincapié en la pierna izquierda. Bajábamos a un campo que teníamos al lado de casa y me insistía en que le pegara al balón con los dos pies. Él se ponía de portero y yo le lanzaba tiros con la zurda. También se dedicó al arbitraje.

¿Qué diferencia encuentra entre el Oviedo y el Elche?

Aquí hay mucha más tranquilidad para jugar al fútbol. En el Oviedo hay muy poca paciencia, los jugadores no juegan tranquilos y la afición aprieta demasiado. Aquí me encuentro muy cómodo y con mucha confianza. No pierdes un balón y se escuchan murmullos y pitos. Muchas veces se piensa que por pitar el jugador rinde más y es al contrario.

¿Hasta dónde puede llegar este Elche en la Liga?

Yo tengo mucha confianza en el equipo. Hemos hecho muy buenos partidos y estamos generando mucho. Estoy con confianza.

¿Su debut en Primera con la Real, ante el Espanyol, es el instante que más recuerda?

Fue bonito, pero soy de los que pienso que lo mejor está por llegar en mi trayectoria profesional.

¿Qué le parece jugar al lado de un futbolista como Nino?

Nino es fenomenal tanto fuera como dentro del campo. Tiene gol y experiencia.