Increíble pero cierto. Uno de los clubes revelación de la pasada temporada es el peor de la presente. A tres puntos del ascenso directo acabó el Nàstic de Tarragona la temporada 2016/17. Se torció el sueño con los empates a cero en la recta final ante Alavés y Leganés, que terminaron primero y segundo. Sin duda, una pena que frenó en seco un proyecto que iba directo a la élite del fútbol español. La inercia positiva empezó en Segunda B. «El cambio llegó cuando aterrizaron el míster Vicente Moreno y el director deportivo Emilio Viqueira. Imprimieron al club una mentalidad ganadora», confesaba Mossa en mayo. Moreno y Viqueira gestaron su química en el Xerez. En Tarragona están desarrollando un proyecto imparable hasta este curso. Porque Naranjo, un juvenil que venía de pasar con discreción por el Villarreal B, se salió firmando 16 tantos. Que Emana alcanzara la cifra de 9 tampoco fue moco de pavo. Pues bien, ambos, después de las vacaciones de junio, se subieron a un avión hacia sus nuevos destinos. El andaluz voló hacia Vigo, mientras que el camerunés se dejó llevar hasta Japón. ¿Qué ha pasado? Pues que a sus relevos, Álex Pérez y Uche aún les alcanza. Bien es cierto que como el caso de Naranjo no hay muchos. Analizando a Uche, el nigeriano, que en el Villarreal se salió hace un tiempo: viene de no estrenarse en el Málaga y en el Tigres. Cuando menos necesitan confianza y paciencia, algo que suele darse poco en este deporte. Acechan las urgencias y en la batalla de hoy no estarán ni Madinda, convocado con Gabón; Kakabadze, citado por Georgia, y Djetei, con Camerún. El virus FIFA ataca al Nàstic, que necesita una victoria como el comer. «Lo que quiero es ganar, ganar y volver a ganar», admite Moreno, rememorando a Luis Aragonés.