Alberto Toril, entrenador del Elche cF, ha decidido esta semana cerrar los entrenamientos a cal y canto. Hoy ha vuelto a trabajar con sus jugadores dentro del Martínez Valero lejos de las miradas de los curiosos. La victoria ante el Nàstic es vital, tras dos derrotas consecutivas, y el preparador cordobés desea que el grupo esté aislado. Hasta ahora se ha ejercitado en el campo anexo, pero en las últimas fechas se ha invertido esta tendencia, ya que la pasada semana el equipo también realizó dos sesiones a puerta cerrada, para preparar el encuentro ante el Alcorcón, que afrontó con varias dudas en su alineación.

El equipo de Toril ya acumula en la presente semana dos de los cuatro entrenamientos celebrados sin presencia de público; el del pasado miércoles y el de este jueves, ambos celebrados en el estadio Martínez Valero.

La búsqueda de soluciones tácticas tras los dos últimos resultados negativos ante el Levante y el Alcorcón, posibles cambios en la alineación y mantener la incertidumbre en el rival sobre varios jugadores con problemas físicos, como Pablo Hervías, Pelegrín o Nino, son algunos de los argumentos que pueden justificar este cambio de rutina en el trabajo del equipo ilicitano.

El técnico podría optar por jugar con dos puntas para tener más fubolistas por delante del balón y que el equipo no se le quede plano tocando el esférico en la medular, pero sin capacidad de desborde y para llegar con asiduidad al área contraria.

El Elche, tras un arranque de temporada ilusionante, necesita cortar su mala dinámica cuanto antes, especialmente en su estadio, donde encadena dos derrotas de forma consecutiva ante el Lugo (0-3) y el Levante (0-1).