El Huesca pagó los platos rotos de la derrota sufrida por el Elche ante el Lugo el pasado sábado en el Martínez Valero (0-3). Los franjiverdes volvieron a ser un equipo sólido y se llevaron el premio del triunfo porque fueron capaces de no cometer los mismos errores que ante los gallegos y, en todo momento, supieron cómo moverse sobre el campo.

Al final del partido se apeló a que «ahora no somos tan buenos y ni antes tan malos». Tienen razón los jugadores y el entrenador con esa frase. Lo que también es cierto es que, independientemente del rival, el Elche tuvo ayer un planteamiento mucho más acorde a sus características. Los partidos se definen por pequeños detalles en muchas ocasiones, pero si se hacen bien las cosas el triunfo está más cerca.

En la capital oscense los franjiverdes fueron un equipo ordenado en todas sus líneas. Se notó la mano en el centro del campo de Dorca, en tareas de equilibrio, y arriba se fue contundente. Hervías abrió el marcador, en el minuto 74, mientras que Noblejas y Nino sentenciaron en la recta final del encuentro.

Las victorias y los goles son la mejor medicina para curar las heridas que dejan las derrotas y el Elche supo ayer manejar a la perfección los tiempos del partido fue serio atrás, por primera vez mantuvo la portería a cero, y, arriba, Guillermo erró la primera clara que tuvo el equipo, pero Hervías no falló y adelantó a los franjiverdes y puso el partido a su favor.

Nada es casual. El Elche de ayer fue muy diferente al que se pudo ver ante el Lugo. Dorca aporta el poso futbolístico que necesitan todos los equipos, un jugador que sabe manejar como nadie el reloj de los partidos. Además, en esta ocasión, hubo dos puñales por las bandas, con Hervías y Pedro, mientras que atrás se fue mucho más contundente. En muy pocas ocasiones el equipo se quedó largo y jamás fue vulnerable.

El Elche comenzó con la red puesta, en el subconsciente todavía estaba el palo recibido ante el Lugo. Había que salir de esa minicrisis como fuera, pero sin dar ningún tipo de facilidades.

Se corrigieron errores y el equipo supo ir creciendo a medida que el tiempo iba pasando. En la salida de balón se tuvieron menos errores que otras tardes y se supo cerrar todas la vías de acceso del Huesca al área del meta Juan Carlos. A partir del 0-0 se supo esperar el momento del duelo.

Dorca y Matilla actuaron en el doble pivote, con Álex Fernández por detrás de Guillermo. Un planteamiento lógico, con Hervías y Pedro por las bandas haciendo daño por su zona. Por las bandas se llegó bien, pero faltó el último pase o un poco de acierto como en el caso de Rober, en un balón que tuvo dentro del área y que estrelló en el lateral de la red.

En la segunda parte, el Elche se dio cuenta que el partido podía ganarlo y dio un paso hacia adelante, mientras que el Huesca cayó en la precipitación y no supo si ir a por el partido o quedarse atrás. Adelantó unos metros su línea de contención y, ahí, los franjiverdes estuvieron listos para aprovechar las espaldas de los blaugranas.

Ya, en el minuto 65, Guillermo tenía la primera. El vizcaíno se fue del portero, pero su remate se marchó fuera de manera incomprensible. Pese a ello, el Elche siguió a lo suyo y, en el 74, Hervías, tras pase de Guillermo, se cambió el balón de pie y, de potente y preciso derechazo llevó el esférico al fondo de la red, de tiro cruzado.

Lo más difícil se había conseguido, pero el equipo no pensó en cerrar el partido sino en ir a por más goles. Noblejas y Nino, que acababa de salir, redondearon el resultado con dos goles más que permitieron al Elche romper las malas sensaciones que dejó el 0-3 ante los gallegos, con otro 0-3 que anima a ver con otra cara el duelo del sábado ante el Levante en el Martínez Valero (20 horas).

Entrenamiento en Zaragoza

El equipo franjiverde pasó ayer la noche en un hotel de Zaragoza y hoy tiene previsto realizar un entrenamiento en la Ciudad Deportiva. Por la tarde regresa a Elche en autobús.