La afición del Elche ha vivido un nuevo verano ajetreado con muchos movimientos en el club ilicitano, tanto a nivel deportivo como institucional. No ha sido la situación dramática del año pasado con el descenso administrativo, pero la paz social sigue sin llegar a una entidad franjiverde que pasa por unos momentos difíciles con la incertidumbre de quién serán los nuevos dueños y de si el actual consejo de administración continúa gestionando el club.

Cuando los problemas institucionales están a la orden del día, la realidad deportiva también sufre y, en ese sentido, se han producido muchos cambios en esta parcela.

El director deportivo de la temporada pasada, Ramón Planes, y el entrenador, Rubén Baraja, que hicieron soñar a los seguidores hasta el último momento con llevar al conjunto ilicitano a la promoción de ascenso, decidieron abandonar el Elche porque no les gustaba lo que se cocía. Además, Lucas Alcaraz, que fue el técnico elegido en un primer momento, tampoco lo vio claro y no aceptó tras la marcha de Planes.

Todo ello ha obligado a realizar una profunda remodelación. Los actuales dirigentes encargaron la responsbilidad de confeccionar una nueva plantilla a José Luis «Chuti» Molina, que ha llegado avalado por su trabajo en el Valladolid, Murcia, Betis y la cantera del Albacete.

El director deportivo manchego apostó por un técnico de su confianza, como es Alberto Toril, a quien conocía del fútbol base albaceteño y tenía en su currículum un buen trabajo en la cantera del Real Madrid al frente del Castilla.

Una vez que se trajo al entrenador tocaba la hora de los futbolistas y, poco a poco, han ido llegando hasta 14 incorporaciones, sin contar la renovación de Mandi. La mayoría de ellos han sido conocidos de Molina, además de jugadores veteranos que fueron ídolos de la afición y que han vuelto dispuestos a poner su veteranía y experiencia al servicio del conjunto ilicitano.

Pelegrín fue el primero. Luego, Edu Albacar decidió regresar a los terrenos de juego tras un año retirado y la guinda la ha puesto Nino, el ídolo de los seguidores que vuelve, después de diez años, dispuesto a cumplir el sueño de llevar a su Elche a Primera, algo que no pudo hacer en sus ocho temporadas vistiendo la casaca franjiverde.

Junto a estros tres futbolistas muy queridos por la afición han llegado dos jugadores ilicitanos de nacimiento que comenzaron a jugar en la cantera franjiverde y que emigraron en busca de nuevos retos, como son los casos de Josete y el portero Germán Parreño.

Ademas, se han incorporado el portero Juan Carlos, avalado por su experiencia en Primera y Segunda División, los jóvenes laterales Luis Pérez e Iriondo, junto a los centrocampistas Dorca y Matilla en los que «Chuti» Molina tiene mucha confianza.

Otro fichaje sentimental ha sido el de Pedro, natural de Aspe, y quien siempre había querido jugar en el Elche. La cesión de Pablo Hervías por parte de la Real Sociedad también ilusiona. Y para el ataque, el director deportivo ha confiando en el joven del Athletic de Bilbao Guillermo ante la esperada salida del Sergio León.

El rendimiento de esta plantilla es toda una incógnita. Por nombres, la mayoría tienen una gran reputación en la categoría, pero esta tarde comienza a rodar el balón y será el juez que dicte sentencia.