Al final del partido que enfrentó ayer, en el estadio Martínez Valero, al Ilicitano y a Osasuna Promesas (2-1), en la ida de la última eliminatoria por el ascenso a Segunda B, los casi 3.684 espectadores que acudieron, pidieron la dimisión del presidente franjiverde, Diego García, y de su consejo de administración. Una muestra más de que parte de la afición franjiverde no está de acuerdo con el proceder del órgano de gestión de la entidad ilicitana, que en las últimas fechas ha sufrido la dimisión de los consejeros Juan Contreras, José Alberola y Juan Serrano, además de la marcha de Rubén Baraja y Ramón Planes, sin olvidar que Lucas Alcaraz, después de verse anunciada su presentación ha optado por irse al no ver claro el proyecto del club.

La situación institucional y deportiva del Elche CF parece no haber variado mucho un año después. Mañana se cumplen 365 días desde que la titular del Juzgado Central de lo Contencioso-administrativo 9, Eva María Alfageme, confirmó el descenso administrativo a Segunda División. La jueza consideró en su auto que «no concurren circunstancias que justifiquen el mantenimiento de la medida de suspensión» y no modificó la resolución del Tribunal Administrativo del Deporte realizada el 5 de junio. La magistrada creyó que rechazar las medidas solicitadas por el Elche «no tiene porqué llevar a situaciones dramáticas e irreversibles. Más cuando vemos como cada temporada, al final de la Liga, algunos clubs descienden de categoría y otros ascienden y ello no implica su desaparición».

Al final el club no desapareció, pero estuvo muy cerca de hacerlo. En una semana se evitó el descenso a Segunda B. El club logró reunir el dinero para pagar a AFE, pero durante esos días de zozobra perdió por el camino a su técnico estrella, a los directores deportivos, a toda su plantilla de jugadores, ya que solo José Ángel Alonso y Álvaro, permanecían en la entidad tras el descalabro.

El Elche, dirigido por una junta gestora, que posteriormente mutó en un consejo presidido por Juan Serrano, logró formar una plantilla en un tiempo récord e iniciar la temporada con Rubén Baraja como entrenador, quien había sido contratado apenas un mes antes por Anguix para entrenar en Primera.

Ni siquiera la notable trayectoria del equipo ilicitano esta temporada, en la que llegó a rozar la promoción de ascenso, ha conseguido que llegue la paz social al entorno. Ayer se volvió a vivir un nuevo incidente. El aficionado no aguanta ver tanto lío dentro del club y, mucho menos, comprobar que José Sepulcre, el expresidente continúe moviendo los hilos.

En el palco, estaban ayer César Nohales, Ramón Segarra, Diego García y Juan Pascual. José Alberola y Juan Serrano lo vieron entre el público.