Tuve la oportunidad de convivir en el Racing de Santander con Lucas Alcaraz y Ramón Planes. Parto de la idea de que el segundo, como director deportivo, es un auténtico mago y no me extraña que haya conquistado a Lucas para la causa franjiverde. En un auténtico Merlin. En su día vino a ver un partido del Maccabi Haifa, donde jugaba, para ver a un jugador y me fichó a mí. Me convenció a la primera y siempre le estaré agradecido. Una vez en la capital cántabra me encontré con un entrenador, Lucas Alcaraz, sensacional. En primera campaña, la 2003-2004, estuve nada menos que 34 jornadas a la sombra de Ricardo, que era el titular. Pese a ello, reconozco que nunca me dejó bajar los brazos. Siempre me dio su confianza y cuando me puso bajo los palos no le defraudé. Su relación con el jugador es siempre excelente y en un proyecto como el del Elche estoy seguro de que va triunfar.

Su metodología de trabajo es muy buena, nunca ha parado de crecer y tiene la virtud de sacar el máximo de sus jugadores. Exige muchísimo y está muy bien preparado. Sus equipos siempre dan la talla.

Si en 20 días, Ramón construyó un equipo competitivo, ahora, con más tiempo, entre los dos pueden y hacer una gran tarea. Tiene un gran ojo para detectar jugadores que no tienen gran nombre. Si a esto unimos, que Alcaraz saca lo máximo, el cóctel es perfecto. Estoy seguro de que el Elche va a salir beneficiado con este dúo. Son muy complementarios.

Me gustaría que triunfaran en el Elche y que el equipo ilicitano pudiera volverá la categoría que nunca debió perder. El potencial de esa entidad es impresionante y resulta muy duro irse de Primera como le sucedió.