«Se han quitado ya las caretas». Así se expresaba una persona relacionada con Elche CF cuando conoció que en el último consejo de administración, celebrado el martes, se había adoptado la decisión de convocar una junta general extraordinaria de accionistas, que se celebrará en la última semana de julio, y proponer una ampliación de capital que permitirá a los acreedores cambiar deuda por acciones.

A simple vista puede parecer un acto de generosidad del actual órgano rector franjiverde que comanda Diego García, pero su propósito no es otro que permitir que acreedores vinculados al consejo (el miércoles viajaban juntos desde Madrid a Alicante, en el AVE, los consejeros César Nohales y Ramón Segarra con el expresidente José Sepulcre) aumenten su poder accionarial en la entidad ilicitana provocando que el paquete del IVF quede disminuido por debajo del 50,1% perdiendo, de esta forma, el control del club ante la venta que ha puesto en marcha el BDO.

Además, la estrategia permite comprar la deuda a acreedores para canjearla por acciones. Este cambio de deuda por acciones afianzaría esa dictadura que tiene secuestrado al Elche CF, con tan sólo el 16% del capital social, con la intención de poder revender su deuda sin quita. Una jugada maestra.

Sorprende que el Elche no haya presentado una oferta al BDO por el paquete accionarial que saldrá a la venta en subasta, pero se plantea impugnar el proceso.

«A las casitas se juega con dinero», decía Ramón Segarra parafraseando a Juan Carlos Ramírez hace tres meses. Y no parece serio que Diego García apele a la viabilidad del Elche cuando lo que buscan es defender otros intereses privados y se insista en la ampliación, como contrapartida al caos, o lo que es lo mismo, la liquidación de la entidad.

No debe olvidar el actual mandamás franjiverde que la culpa de la situación del Elche es de los que defiende. Retrasaron la presentación del concurso de acreedores para su propio beneficio y, ahora, deprisa y corriendo, sus propósitos son desinteresados. No se lo cree nadie, ni el aficionado de a pie, ni tampoco los grupos más concienciados en esta situación como Regeneración y Salvemos al Elche. Los culpables tienen secuestrado al club y están moviendo sus hilos para hacerse con él y eso lo sabe todo el mundo. Ante esta lucha por los intereses propios no es de extrañar que Manuel Illueca, director del Instituto Valenciano de Finanzas, afirme que «la entrada de un nuevo inversor es la mejor opción tanto para el Elche como para el propio IVF». Alguien debe decir basta ya por el bien del club ilicitano.