El filial del Elche pasó la primera eliminatoria de la fase de ascenso a la Segunda División ante el Lanzarote tras empatar en el partido de ayer (1-1) y haciendo valer el resultado de la ida (2-0) por lo que el marcador final fue de 3-1 para los franjiverdes. Los canarios no consiguieron la remontada a pesar del ambiente hostil que crearon y el verdadero calvario por el que tuvo que pasar la expedición ilicitana tanto dentro como fuera de la Ciudad Deportiva. La Policía Nacional se vio desbordada ante más de 2.000 seguidores que increparon al filial desde el momento que bajaron del autocar. Sufrieron el lanzamiento de todo tipo de objetos, de harinca y bengalas e incluso varios jugadores del filial fueron agredidos, uno de ellos por un un futbolista no convocado del Lanzarote.

Una vez finalizado el partido, el Ilicitano necesitó más de una hora para abandonar la ciudad deportiva. El ambiente estuvo caldeado desde el pasado domingo por el entrenador del conjunto canario y por varios jugadores que ya auguraron un un choque difícil para los ilicitanos. Al final, el comportamiento injustificado de unos pocos seguidores locales empañó un partido que transcurrió con normalidad. El técnico del filial Vicente Parras reconoció que el equipo sufrió por culpa de los incidentes «se les fue de las manos. Estaba todo preparado ya que han ido a por nosotros». También le llamó la atención que el Lanzarote le cambiara el vestuario por uno más reducido y accesible para los seguidores locales. Afortunadamente, la expedición del Elche Ilicitano llegó al hotel de concentración escoltado y sin poder salir a la calle. Esta tarde concocerá su próximo rival.