«Michelazo» en el Nuevo Arcángel. Eso es lo que sufrió el Elche ayer en Córdoba en el duelo ante el conjunto andaluz. Mandi, en el minuto 56, lanzó un golpe franco directo. El balón, tras pegar en el larguero, botó dentro. El árbitro riojano Ocón Arráiz, a imagen y semejanza del australiano Christopher Bambridg, en aquel recordado Brasil-España (1-0), disputado en Jalisco en el Mundial de México 86, dejó seguir la jugada y no quiso ver que el esférico había rebasado la línea de gol.

Lo vio todo el mundo en el coliseo cordobés menos él. Michel, el autor de aquel disparo, fue la víctima de un error que pasó a la hemeroteca de los desaciertos arbitrales. Hasta Pelé reconoció aquel día que el trallazo del jugador del Real Madrid había entrado. «Entró, entró, fue gol de España», dijo el ídolo brasileño al final de aquel duelo. Diez minutos más tarde, Sócrates daba la victoria a la canarinha.

«Yo en el campo veo gol y, ahora, tras salir de la ducha, me han dicho que ha sido», se lamentaba el central franjiverde Armando ayer cuando se le preguntó por el de Mandi. Distintos escenarios y protagonistas, pero, un error semejante y dos árbitros, Christopher Bambridg y Ocón Arráiz, que quedan en evidencia.

Ese gol, de haber subido al marcador, hubiera significado el 1-2. Y, como las desgracias en el mundo de fútbol no vienen solas, de ponerse en ventaja en el marcador, el Elche recibió el 2-1 en contra tras una colada de Deivid, que entró como Pedro por su casa en el área franjiverde para que, otro Pedro, éste de apellido Ríos, empujara el balón dentro de la portería de Javi Jiménez ante la pasividad de Noblejas a la hora de despejarlo o intimidar al contrario.

No fue Sócrates, pero tuvo el mismo efecto en la parroquia franjiverde. A partir de ahí, el Elche cercó la portería de Razak, tuvo ocasiones para empatar, pero, en una contra, en el tiempo añadido, Álvaro cometió un penalti tonto y el rumano Florin no perdonó. El 3-1 final no refleja lo visto sobre el campo, pero por encima de la justicia o la poca vista del árbitro, al final los goles que cuentan son los que suben al marcador y el Córdoba consiguió tres y el Elche uno.

El objetivo de la promoción de ascenso se esfuma, después de once partidos sin perder se cayó en el momento más importante. Quedan 9 puntos por delante, pero todo se ha puesto cuesta arriba.

El Elche llegó vivo al descanso ante un Córdoba que se adelantó por mediación de Florin, en el minuto 27, al revolverse sin oposición dentro del área y batir de disparo cruzado a Javi Jiménez. El mismo rumano estrelló un balón en el larguero en un remate de cabeza y Nando tuvo otro gol para sentenciar, pero su chut se marchó fuera. En la primera mitad, el conjunto ilicitano fue un equipo blando, con muchos errores en la salida de balón e infinidad de problemas a la hora de llegar arriba. Tuvo un par de contras que no supo aprovechar, mientras que el conjunto califal sacó rendimiento de su mayor empuje para irse al descanso con ventaja en el marcador.

Rubén Baraja puso a Espinosa en el campo, en lugar de Álvaro, con el fin de tener más llegada al área rival. Pero, por esa banda derecha, que cerraba Caro, no se supieron parar las incursiones de Fidel y, a la hora de atacar, en las contras que se tuvieron se estuvo muy espeso y no salió bien ni una.

Nada más salir del vestuario, en la reanudación, Armando lograba de cabeza, a la salida de un córner, llevar el balón dentro de la red y empatar el partido. Con el 1-1, el Córdoba quedó muy tocado y lo hubiera estado más si Ocón Arráiz hubiera dado validez al gol fantasma de Mandi. Los franjiverdes parecían ir a por el partido. Pero un nuevo error de contundencia, que penaliza de nuevo a este equipo cada vez que se va para adelante, permitió que Deivid dejará un balón a Pedro Ríos y éste no lo desaprovechara. El 2-1 fue muy duro, pero los pupilos de Baraja no bajaron los brazos. Mandi y Armando vieron como Razak evitaba que el gol subiera a la cuenta franjiverde. Y con el Elche volcado sobre el área rival llegó el definitivo 3-1.