Tres finales en ocho días. Eso es lo que le espera al Elche a partir del próximo sábado. Primero, visita el Nuevo Arcángel el sábado 21, luego, el campo del Mallorca, el martes 24, para terminar recibiendo en el Martínez Valero al Valladolid el domingo, día 29.

Armando Lozano, uno de los jugadores más importante del conjunto franjiverde, admite que el empate ante el Girona dejó un sabor «muy agridulce» en el vestuario ya que a su juicio «hicimos méritos para ganar, sobre todo en la segunda parte, en lo que lo dimos todo. Su portero tuvo una buena tarde y nosotros quisimos, pero al final no lo logramos».

El exjugador del Córdoba prefiere mirar para adelante y centrarse en los dos partidos que el equipo debe jugar a domicilio en el Nuevo Arcángel y en el Iberostar Estadi, además del siguiente ante el Valladolid en casa, en una semana. «Estamos ahí y vamos a pelear hasta el final. Hay que seguir, no queda otra y en los dos próximos encuentros tenemos que ser capaces de sumar al menos una victoria. Va a ser difícil, porque los rivales también se juegan mucho, pero aquí nadie va a bajar los brazos. El pasito que no dimos el domingo hay que darlo ahora», insiste.

«Tenemos que seguir trabajando y corregir los errores. Tenemos que mantener la misma fe y ambición y a ver si en Córdoba nos da para ganar el duelo», destaca Armando, quien valora la «intensidad de todo el grupo» en los últimos partidos.

El Elche sumó el domingo ante el Girona su undécima jornada sin conocer la derrota, el período más amplio en lo que va de competición en esta campaña. Hay que remontarse a la temporada del último ascenso a Primera División, con Fran Escribá en el banquillo, para encontrar una racha semejante. Los dirigidos por Rubén Baraja no entregan los tres puntos a un rival desde el 28 febrero. En aquella ocasión, en el Carlos Tartiere, el Oviedo les ganó por 3-0.

Además, únicamente han sufrido dos derrotas en los últimos 22 partidos. Una buena trayectoria que se está viendo eclipsada por el número de empates cosechados. El equipo no pierde, pero le cuesta mucho ganar. Los ilicitanos han vencido en tres encuentros e igualado otros ocho desde que cayeron en tierras astures. Han conseguido superar a Mirandés, Zaragoza y Lugo; mientras que han firmado tablas con Llagostera, Almería, Leganés, Osasuna, Alavés, Albacete, Tenerife y Girona. Esta temporada, en las 38 jornadas que se llevan disputadas en Segunda División, suman 17 empates, diez en el Martínez Valero, cifra que no se registraba desde la campaña 2000-2001, también en esta categoría. Los 17 encuentros que han acabado en tablas en el marcador han convertido al conjunto ilicitano en uno de los reyes del empate de la categoría, sólo superado por el Numancia que lleva18 con el que sumó en la última jornada ante el Real Zaragoza (2-2). Con esa cifra se iguala el mayor registro del Elche desde su regreso al fútbol profesional, ya que en la temporada 1999-2000, en la que retornaba tras un breve paso por Segunda B, sumó ese número de igualadas.

La última ocasión en la que el Elche se acercó al récord de empates actual fue en la temporada 2010-2011, cuando sumó quince, precisamente en un campeonato en el que acabó logrando la clasificación para las eliminatorias de ascenso a Primera.

Tanto empate es el motivo de que el Elche no haya sido capaz de dar el salto a la promoción de ascenso y se encuentre en estos momentos a dos de conseguirlo. La racha tiene un sabor agridulce. De todas formas, en los duelos ante Albacete, Tenerife y Girona se ha estado muy cerca de la victoria y con esa idea se va a afrontar el final de Liga. Ese es el sentimiento que existe dentro del vestuario y se es consciente de que sus posibilidades de meterse en el grupo de los elegidos, que lucharán por subir a Primera División, pasa por salir vivos en ese triple enfrentamiento que el equipo tiene en ocho días.