En el tiempo añadido Sergio León tuvo el triunfo en sus botas. Se fue del meta Dani Hernández y su disparo lo sacó de la misma línea de gol el central Germán. El Elche hizo méritos, sobre todo en la segunda parte, cuando se fue descarado a por el partido, para llevarse los tres puntos, pero, al final, se tuvo que conformar con el empate.

Al menos quedó la sensación de que el equipo ilicitano está capacitado para meter una marcha más y, sobre todo, que, a entrega y lucha, no le gana nadie. El esfuerzo no se negocia en este grupo y resulta positivo ver como los jugadores, con el pitido final, caen sobre el césped exhaustos, después haberlo dado todo en el campo. El punto permite seguir aspirando a meterse en la fase de ascenso y jugando como los segundos 45 minutos de ayer, el objetivo estará más cerca. Aquí nadie se puede rendir y el domingo toca ganar al Girona.

Baraja ya anunció el jueves que el que mejor dominara los tiempos emocionales del encuentro se iba a llevar el premio. No le faltó razón.

El Elche tuvo todo perdido con el gol de Nano, en el 63, pero no se vino abajo nunca. Contó con el apoyo de un colegiado que no quiso ver un claro penalti de Armando a Lozano. De libro. A continuación, no dudó en el que cometió Raúl Cámara sobre Álex Moreno, también muy claro. En el rechace de la pena máxima, lanzada por Sergio León, marcó Noblejas.

A partir de ese momento, el Elche se fue decidido a por el partido, ante un Tenerife que se movía por impulsos y dejaba muchos huecos, pero no fue capaz de llevar el balón al fondo de la portería. Los franjiverdes estuvieron muy cerca de ganar el partido. En los 20 minutos finales fue el conjunto ilicitano el que tuvo fe en sus posibilidades, pero, en esta ocasión, ni Cristaldo, ni tampoco Sergio León, estuvieron acertados cuando parecía que lo más fácil era marcar.

El Elche comenzó bien y con la lección aprendida. Dejó que el Tenerife tocara el balón en la zona de tres cuartos y, a partir de ahí, con una presión ordenada trató de robar e irse a la portería de Dani Hernández. Fueron unos minutos buenos en los que al equipo le faltó un poco más precisión para llegar con dinamita al área rival. Con el paso de los minutos, la presión franjiverde fue disminuyendo, porque fue retrasando su línea de presión y por las bandas, sobre todo por la de Cristo, el equipo tinerfeño comenzó a provocar grietas de agua en el barco ilicitano.

Javi Jiménez, muy seguro en un disparo de Cristo, además de dos cruces providenciales de Caro y Noblejas, impidieron que el conjunto chicharrero se adelantara en el marcador. Los de Martí fueron los dominadores de esa primera parte, pero les faltó un mordiente adelante ante un Elche aplatanado y demasiado previsible. El calor húmedo reinante ahogaba a más de uno los pulmones y apelmazaba las piernas. El mal que los equipos de la península tienen cuando llegan a la isla.

Reacción tras el descanso

En el descanso, Rubén Baraja leyó la cartilla a más de uno. El preparador franjiverde terminó enojado con los suyos porque no se estaba haciendo lo que quería. Todo lo contrario que al final del duelo, que salió al campo y fue saludando uno a uno a sus pupilos por el derroche de energía y fútbol realizado. Los partidos se pueden ganar o perder, pero, por encima de todo está el compromiso y los ilicitanos lo dieron todo.

Nada más empezar la segunda parte ya se pudo ver que el Elche era otro. Cristaldo salió por Héctor y la línea de presión se movió unos menos más adelante. El Tenerife parecía ahogarse ante el empuje franjiverde, pero, en un error de Noblejas, a la hora de luchar un balón a Suso, el esférico llegó a Nano y éste lo llevó al fondo de la portería. El mazazo fue tremendo.

En una contra rival, Nano tuvo la sentencia, en el 68, pero la portería se le hizo pequeña y mandó el balón a las nubes. A continuación, Armando derribó dentro del área a Lozano, pero el árbitro pasó por alto el penalti. Cosa que no hizo, seguidamente, con un derribo claro de Raúl Cámara sobre Álex Moreno. Sergio León falló en el lanzamiento, pero Noblejas, muy atento, empujó el balón dentro.

Con el 1-1, el Elche tuvo la virtud de no conformarse. El partido estaba roto y tenía la opción de llevarse los tres puntos y lo luchó hasta el final. Faltó un poco de serenidad para superar a un desesperado Tenerife, que terminó el encuentro dejando muchos espacios en su intento de ganar el duelo por la tremenda.