La afición del Elche respondió en cuanto a número y ganas. El Martínez Valero registró la segunda mejor entrada de la temporada, con 12.198 espectadores, de los que cerca de 200 eran seguidores del Albacete.

Los aficionados franjiverdes sabían que era un partido clave. Los packs con entradas reducidas para los aficionados llegaron al medio millar, un pequeño grupo recibió al equipo, banderas ondearon desde el terreno de juego a la salida de los jugadores, a la vez que se desplegó una gigante, con los colores verde y blanco, desde la zona de Preferencia.

Todo presagiaba una gran tarde. Pero cuando el balón comenzó a rodar, la animación bajó bastante. La iniciativa del club con las pequeñas de guiar los cánticos por los videomarcadores apenas funcionó y en muchos momentos del envite se oía más a los aficionados del Albacete que a los del Elche. Incluso se oyó algún que otro pito porque el juego del equipo no convencía.

Pero todo cambió en el minuto 71. El gol de Pelayo desató la locura en el Martínez Valero. En ese momento, los seguidores franjiverdes sí que se vinieron arriba y no pararon de animar. Todos se las prometían felices y ya se veían en puestos de promoción de ascenso.

La tarde pintaba muy bien. Con la expulsión de Mandi se fue torciendo, pero quedaba poco tiempo y se podía aguantar el resultado. Hasta que, en el minuto 87, llegó el gol del empate de Víctor Curto, que arrojó un auténtico jarro de agua fría a la grada y a una afición que veían como se dejaba escapar una gran oportunidad de situarse entre los seis primeros y soñar con el ascenso.