Minuto 11. Saúl cogió el balón en la línea de tres cuartos. Se fue primero de Thiago, después de Bernat y, posteriormente, de Alonso (tres jugadores españoles). Cuando llegó al área rival se deshizo de Alaba y con su pierna izquierda tocó el balón y rozando el palo hizo inútil la estirada de Neuer. «Es el gol más bonito y más importante que he marcado en mi vida», afirmó el futbolista al final del duelo, consciente de que había entrado ya en la historia del Atlético: «Tuve la suerte de llegar a dos balones justo antes que el rival, y luego me preparé el esférico para la pierna izquierda, la buena, porque tenía la portería entre ceja y ceja. El balón se fue para adentro».

Suyo fue el pase del primer gol en la eliminatoria ante el FC Barcelona en el Calderón y lleva su firma el que hizo el miércoles al Bayern, que no sólo deja a su equipo con un pie y medio en su tercera final de la Liga de Campeones, sino que también sirve para que los Gárate, Abelardo, Reina o Luis Aragonés olviden de una vez por todas aquel partido interminable de 1974, donde los alemanes, en Heysel, empataron en el último minuto, en el 120, por mediación de Schwarzenbeck, y provocaron el partido de desempate. Apenas dos días después y en el mismo escenario, el Bayern se impuso por 4-0 con doblete goleador de Uli Hoeness y Gerd Muller.

Mientras Saúl realizaba su eslalon hacia la portería de Neuer, su padre, José Antonio Ñíguez, más conocido como Boria, y, su madre, Pilar Esclapez, sentados en sus localidades del Vicente Calderón no sabían donde meterse. El exjugador franjiverde siempre ha confiado mucho en sus hijos Aarón, Jony y Saúl, pero es consciente de que el pequeño va a llenar muchas portadas periodísticas como la de ayer.

El Atlético de Madrid prefiere que su joven perla no sienta la presión exterior y ha recomendado a sus padres que no hagan declaraciones. El Cholo Simeone desea tener todo atado y que nadie se salga de su trayectoria habitual, en una semana en la que el Atlético se esta jugando tanto el conseguir la Liga como alzar la copa de la Champions por primera vez en su historia.

El que también estaba en la grada era el exfranjiverde Aarón, «Cuando la pelota entró dentro de la portería de Neuer me quedé en estado de "shock", perplejo», reconocía ayer al mediodía. A pesar de que el Manzanares «es el campo con más ruido del mundo, parecía que se había quedado en silencio. Fue una sensación muy extraña». Cuando a los segundos regresó a la realidad, «allí estaba mi madre llorando y mi padre y amigos dando saltos. Nadie se lo podía creer».

Saúl miró a la grada y le dedicó el gol. «En el campo no lo vi, pero luego me lo dijeron. Cumplí los años el martes y el regalo que me hizo nunca lo olvidaré. Ya estuve en el partido frente al Barcelona y no me quise perder el duelo ante los alemanes».

Aarón asume que el de su hermano «fue un auténtico golazo y tiene una gran transcendencia. El que le hizo al Real Madrid de chilena parecía muy bueno, pero éste lo ha superado».

El que no pudo estar en el Calderón fue Jony Ñíguez, que milita en el Koper de Eslovenia. «Me han dicho que el escándalo que montó en el piso fue tremendo», explicaba en tono jocoso Aarón.