El Elche arañó un punto en El Sadar ante un rival directo en la lucha por el ascenso y puede darse por satisfecho después de lo visto sobre el campo. Los franjiverdes estuvieron más metidos en el partido en el primer acto, pero Osasuna apretó con la entrada de Nino y Otegui. Ambos equipos trataron de no correr riesgos y cuando los navarros dieron el paso adelante y dejaron huecos atrás los ilicitanos no fueron capaces de matar en alguna de las contras con ventaja que tuvieron. Al final, supieron apretar los dientes y llevarse un punto.

Al equipo ilicitano la faltó algo más de decisión para irse a por el área de Nauzet, pero fueron un conjunto ordenado y sin apenas fisuras atrás. Además, Urko Vera, que tuvo un par de ocasiones para desequilibrar la balanza, también ayudó en la tarea de que el marcador no se moviera.

La primera parte resultó muy equilibrada, aunque el Elche tuvo más presencia en el área rival y contó con la mejor ocasión. Héctor se plantó delante de Nauzet, pero el meta local le sacó el balón con el pie en última instancia. Los navarros quisieron y no pudieron. Sólo varios disparos a media distancia que detuvo sin problemas Javi Jiménez. La mejor ocasión navarra fue un balón rebotado en José Ángel que estuvo muy cerca de meterse dentro de su portería.

Un duelo entre dos equipos con red, empeñados en no cometer errores. Ganar con el mínimo riesgo, el lema de ambos.

Tras el descanso, no cambió la decoración. Baraja apostó por dar un paso adelante con Cristaldo, pero su apuesta no dio el resultado apetecido. Luego, tuvo que sustituir a un renqueante Sergio León, con problemas en su clavícula durante toda la semana, y la sensación de que en cualquier momento podía enganchar una el cordobés se esfumó. Salió Espinosa y estuvo demasiado perdido y apenas colaboró. También es cierto de que dos galopadas de Álvaro pudieron terminar en gol, pero en los últimos metros faltó tranquilidad. A veces con un par de fogonazos se ganan los partidos, pero quizás el premio del triunfo hubiera sido un botín excesivo.

El equipo de Baraja se quedó demasiado partido en dos, pero, al menos, y eso honra a este grupo de jugadores, supo sufrir hasta al final y no dejó que Osasuna le arrebatara el punto.

Al que le salieron un poco mejor los cambios fue a Martín. Metió a Otegui y Nino y su equipo tuvo mucha más presencia en el área de Javi Jiménez. El almeriense estrelló un balón en el larguero y Otegui le puso chispa a los navarros en los últimos metros. Javi Jiménez estuvo muy atento bajo los palos y evitó que el partido se decantara del lado local. Un punto y a seguir luchando.