El Elche CF es el claro ejemplo de que el mito de la posesión de balón no tiene valor en el fútbol actual por mucho que en los últimos años el FC Barcelona haya sido el abanderado de ello y que su manera de jugar haya sido tomada como referencia por muchos clubes del mundo.

El conjunto ilicitano que dirige Rubén Baraja ha demostrado que no está necesitado de adueñarse del esférico en los partidos para sacar un resultado positivo. De hecho, en los encuentros en los que menos posesión ha tenido, por debajo del 50%, ha sumado 25 puntos. Seis más de cuando ha sido el dominador de los encuentros.

Los jugadores franjiverdes regalan la posesión al rival porque, si ellos han de mandar en los partidos, estos se les ponen muy cuesta arriba y así está ocurriendo en el Martínez Valero, donde sacar los envites adelante está siendo muy complicado. Tal es así, que la asignatura pendiente del conjunto ilicitano está en dominar la posesión. De los 31 encuentros que se llevan disputados hasta la fecha en la Liga Adelante, el Elche ha ganado ese pulso en 16, pero con resultados poco halagüeños. Los números así lo demuestran, ya que han cosechado cinco derrotas ante Ponferradina, Llagostera, Alavés, Albacete y Nástic, todas ellas en la primera vuelta de la Liga; cuatro victorias, frente a Bilbao Athletic, Nàstic, Osasuna y Córdoba, también en la primera parte de la Liga; y siete empates, dos ante el Numancia, Lugo, Tenerife, Real Mallorca, Huesca y Llagostera.

Hacen más daño cuando el rival manda en los encuentros y se hace dueño del esférico, porque, en esas circunstancias, sólo han perdido en dos partidos, ante Mirandés (1-4) y Oviedo (3-0), pero por contra, ha ganado siete: Huesca (1-3), Almería (2-3), Girona (0-1), Alcorcón (2-0), Ponferradina (1-0), Bilbao Athletic (0-1) y Mirandés (1-2). Empataron, de esta manera, frente a Leganés, los dos partidos jugados ya en esta temporada, Valladolid y Almería, éste último en el Martínez Valero.

Ante el Mirandés y Leganés, el conjunto ilicitano mostró sus peores registros de posesión, solo un 36%, pero ello no les privó de ganar en el Municipal de Anduva y de empatar en Butarque. Por contra, en el Nou Estadi de Tarragona el equipo ilicitano tuvo el 64% de la posesión y cayó derrotado por 1-0, y, en Palamós, con el Llagostera como rival, recibieron un doloroso 4-1 a pesar de ser los dueños del esférico en un 61%.

Quizás esa derrota tan abultada provocó un cambio en la filosofía de un equipo que comenzó dominando la posesión en los cuatro primeros partidos, luego ganó en Huesca con un 40% y mantuvo el pulso del 50% frente al Oviedo en el coliseo ilicitano.

Los errores individuales a la hora de salir con el balón controlado, que llegaron a penalizar muy caro con derrotas, provocaron una metamorfosis que se prolonga hasta ahora. Rubén Baraja ha preferido evitar riesgos, tratar de aplicar su método y, confiar en la estrategia o en el olfato goleador del cordobés Sergio León para decantar los duelos de su lado.

Este sistema de juego no quiere decir que el equipo sea poco ambicioso, sino todo lo contrario. «Queremos ganar los 33 puntos que hay en juego para acabar la Liga, pero con nuestro estilo y a nuestra manera», confesaba ayer el capitán Lolo en una entrevista en este periódico. El Elche tiene su estilo y trata de explotarlo.