Rubén Baraja ha sido sancionado por el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) con dos partidos y tendrá que dirigir el sábado, ante el Llagostera (18 horas), a su equipo desde la grada o desde un palco de Prensa ya que fue expulsado el domingo en el Carlos Tartiere por el árbitro cántabro Adrián Cordero Vega, tras el gol de José Ángel en propia puerta, que vino propiciado por la presión que realizó Koné, que estaba en posición antirreglamentaria. El árbitro anuló la diana rival, pero, a continuación, hizo caso de su auxiliar y la dio como válida, lo que provocó el enfado tanto de los jugadores franjiverdes sobre el campo, como del banquillo.

En el minuto 86 del encuentro Oviedo-Elche, el colegiado le pidió a Rubén Baraja que abandonara su banquillo por «salir varios metros de su área técnica y desplazarse hasta la posición del árbitro asistente número uno, protestando ostensiblemente y a viva voz una de sus indicaciones», según reza el acta del árbitro cántabro. Además del partido ante el Llagostera, tampoco se podrá sentar en el banquillo del Municipal de Anduva, el día 12 de marzo, en el duelo que enfrenta al Elche con el MIrandés.

El segundo de Baraja, José Ramón Rodríguez, tendrá la misión de dirigir al equipo desde el banquillo en ambos partidos, siguiendo las indicaciones del preparador castellano vía teléfono móvil.

Un mes de suspensión al fisioterapeuta

Ocurrió lo mismo que con Rubén Baraja con el fisioterapeuta Fran Martínez. En el minuto 86, también protestó el segundo gol del Oviedo, que venía precedido de un fuera de juego. Se vio obligado a irse a los vestuarios.

Martínez ya fue expulsado en febrero de 2012 en un Elche-Celta, por un incidente que tuvo con el colegiado leonés Valdés Aller al final de aquel encuentro en el túnel de vestuarios. Luego se demostró que lo que se escribió en el acta no era del todo veraz. Competición le ha sancionado con un mes sin poder sentarse en el banquillo.