El Elche repartió los puntos con el Numancia en un partido para olvidar lo antes posible. Típico de Segunda División y de dos equipos más preocupados por mantener la portería a cero que por llegar al área contraria. Objetivo principal, no cometer errores que pudieran penalizar con la derrota. Sin apenas fútbol, ambos conjuntos se fueron contentos a la ducha, ya que consiguieron mantener su racha positiva. Los franjiverdes, sumaron su noveno partido sin conocer la derrota y ya llevan cuatro jornadas con portería a cero, mientras que los castellanos, regresaron a Soria en el autobús presumiendo de haber encadenado seis duelos sin perder a domicilio.

El eterno dilema. Hay quien afirma que sólo los valientes ganan las batallas, pero, otros estadistas, más precavidos, no dudan en afirmar que los cementerios están llenos de valientes. Y si los camposantos están repletos de osados, me pregunto, ¿el mundo está lleno de cobardes?. En el fútbol de Segunda División da la impresión que algo así ocurre y los precavidos se salen muchas veces con la suya.

Sigo pensando que este Elche tiene en su ADN una propuesta de fútbol más osada que la que muestra cada jornada, pero se limita a explotar una que le va a las mil maravillas. Apenas arriesga y espera que Sergio León ponga el balón en la portería contraria. Cuando eso no ocurre, como ayer, el punto es también maravilloso.

El equipo ilicitano se mostró incómodo ante un rival que se cerró muy bien atrás y apenas le dejó huecos. Además, cada vez que Espinosa se metió por dentro, el Numancia encontró una vía de agua hacia la meta de Javi Jiménez, por su banda izquierda, con los hermanos Valcarce, Luis y Pablo, haciendo sangre.

Los ilicitanos fueron un equipo plano, sobre todo en la primera mitad, en la que nunca se encontraron los espacios adecuados para llegar al cancerbero ilicitano y muy pocas veces se encontró a Espinosa para que diera el último pase. En la segunda mitad, con la salida de Eldin, pareció que todo iba a cambiar, hubo otra velocidad, pero al equipo ilicitano no le dio para ganar. En esta ocasión, no se encontró el gol como en otros duelos y los franjiverdes se tuvieron que conformar con la igualada. No se supo dar un pase adelante, siempre se propuso con la red puesta y, así, sin apenas riesgo, no se pudo romper el mejor posicionamiento de la escuadra soriana. El punto hay que darlo como bueno, ya que el Numancia, sin tirar muchos cohetes, tuvo ocasiones para sumar los tres puntos, pero, una vez más, Javi Jiménez se mostró muy seguro bajo los palos.

Rubén Baraja apostó inicialmente con Ilie como central, en lugar del lesionado Lolo, con el fin de que el catalán sacara el balón controlado desde atrás. Buscaba tener el balón, pero, paradójicamente, le faltó fútbol. El Numancia supo crear un cortocircuito entre Ilie y un doble pivote formado por Pelayo y Mandi y el Elche estuvo muy perdido en el campo y, sin encontrar su sitio. De esta manera, Espinosa apenas entró en juego y, Sergio León, estuvo muy solo arriba. Además, cada vez que se desbordó al centro del campo rival, muy pocas ocasiones, no existió la precisión necesaria en los últimos metros.

En Oliva, ante el Videoton húngaro, Ilie actuó en esa posición, pero con un «jugón» como Nono en la medular, que lograba enlazar la defensa con el ataque. Ayer, frente al Numancia, no existía ningún jugador capaz de hacerlo, ya que ni Mandi, ni tampoco Pelayo, son ese tipo de futbolista que puede hacer ese trabajo. La desconexión resultó alarmante y el desorden muy grande ante un rival que cerró todas las vías de acceso y, a la contra pudo sentenciar.

Tras el descanso, el partido siguió por los mismos derroteros hasta que, en el 60, Eldin salió en lugar de Álex Moreno. Antes lo había hecho Cristaldo. Con el bosnio en el campo el equipo mejoró. Pareció que le metía otra marcha. En un pase del «17», Armando remataba el balón de cabeza al fondo de la red, pero el auxiliar levantó la bandera y anuló la acción. Seguidamente, en el 63, Espinosa dispuso de otra ocasión para desequilibrar la contienda, pero su disparo fue muy flojo, después de una buena jugada personal. Todo quedó en un espejismo, ya que el Numancia volvió a ajustar su sistema táctico e inutilizó el del equipo ilicitano.

Dio la sensación que se podía estar mucho tiempo jugando sin que el Elche hubiera sido no solo capaz de marcar, sino de llegar al área rival. A pesar de que el Numancia terminó con un hombre menos, por la expulsión de Alegría, en el 83, no cambió nada. Incluso, Regalón tuvo el 0-1. Lo evitó Jiménez.