Rubén Baraja, entrenador del Elche, estaba ayer dicharachero en la sala de Prensa del estadio Martínez Valero. Se le notaba tranquilo, pero a la vez deseoso de transmitir al entorno y, sobre todo a sus jugadores, de los peligros que acarrea el duelo de mañana ante la Ponferradina (19.15 horas), que enfrenta a dos equipos con trayectorias muy diferentes. Un punto en los últimos cinco partidos han sumado los leoneses, mientras que el Elche lleva seis duelos sin conocer la derrota. Pese a esas dinámicas tan dispares, el preparador franjiverde dice estar «preocupado» y va más allá afirmando que todo lo que rodea al citado duelo ante el equipo berciano no le agrada. «No me gusta nada, ni el partido, segundo en casa, ni el horario, ni tampoco el rival, ni esa sensación de creer que todo va a ser fácil porque venimos de una buena dinámica», afirma antes de decir que «si hay algo que nos hemos demostrado en estos 21 partidos es que cualquier rival es complicado. Respeto muchísimo a la Ponferradina, a pesar de que esté pasando una mala racha, porque tiene mucho talento, puede ganar en cualquier campo y también en el Martínez Valero».

Baraja piensa que «para nosotros este partido es un reto, en un horario poco habitual y como último partido de la jornada, en el que se recogen todas las emociones del fin de semana».

Sin falsas euforias

El entrenador vallisoletano explica de forma metafórica que «a todos nos gusta subir en la ola, pero a veces te puede mojar e incluso ahogar. Hay que estar preparado para un partido difícil, como todos los de esta categoría».

Baraja sabe que «existe mucha igualdad en Segunda» y comenta que «para seguir sumando tenemos que ser competitivos. Debemos ser capaces de mantener la continuidad en la idea, en el querer, y, por momentos, llevar el control del partido. A partir de ahí, atacar bien, contar con esa paciencia necesaria para encontrar los espacios en el momento justo, sin olvidarnos de controlar las virtudes de la Ponferradina, que son muchas».

El técnico franjiverde insiste en la idea de que el de mañana, en el Martínez Valero, «va a ser un partido muy exigente, que nos va a permitir saber el grado de madurez y mejora del equipo». Además, avisa de que conjunto leonés tiene «una muy buena segunda jugada, futbolistas que llegan al remate con peligro y debemos estar atentos a ello».

Finalmente, Rubén Baraja lanzaba un mensaje al entorno y al seno de su vestuario diciendo: «Su mala racha de resultados puede hacer pensar que el partido del domingo va ser coser y cantar. No es el caso. No me gustaría que volviéramos a cometer errores que nos penalizaron en su momento. Debemos ser inteligentes a la hora de interpretar el partido, como lo hicimos contra el Alcorcón. Tenemos que ser un equipo completo y con esa idea estamos trabajando».