El técnico del Elche, Rubén Baraja, mantuvo la compostura y no reflejaba en su rostro la felicidad que tenía por haber conseguido tres puntos importantes. «Era importante sumar una victoria, en casa y ante el líder. Llevábamos tiempo sin ganar en el Martínez Valero y nos vamos con un regalo para los jugadores y para la afición, que se lo merecían».
El preparador franjiverde recordó que «enfrente tuvimos a un gran rival que no va primero por casualidad. Al final, todos los partidos sufres y cuando no los sentencia, teniendo ocasiones como tuvimos, nos toca sufrir».
Baraja destacó el buen inicio del encuentro del Elche. «Salimos muy bien en los primeros 20 minutos. Marcamos los dos goles y tuvimos varias ocasiones más».
Pero reconoció que tras el gol del Córdoba «vimos frenada la confianza hasta el descanso. Luego rectificamos, Javi Espinosa estuvo más cerca del juego y en el segundo tiempo tuvimos oportunidades para matar el partido». El entrenador del conjunto ilicitano consideró que «contra diez, debimos tener más tranquilidad, nos precipitamos en las contras y en el descanso lo hablamos y rectificamos».
El técnico pucelano sigue con su guión y sólo piensa partido a partido, a pesar de que el Elche suma ya 26 puntos. «De momento nos vamos de vacaciones más tranquilos tras las dos últimas victorias. Trabajamos para conseguir resultados. En esta ocasión encaramos bien el encuentro y salimos con mucha hambre. Eso es lo que quiero y la lástima ha sido que no hayamos logrado un resultado más tranquilo».
Baraja no quiso pedir grandes deseos para 2016. «Me conformo con que el equipo siga siendo competitivo, ofrezca buenas sensaciones y continuar creciendo. El objetivo es seguir sumando y mirar hacia arriba, porque no renunciamos a nada ».
El entrenador franjiverde hizo una valoración «positiva» de esta primera parte de la competición. «No hay que olvidar de dónde venimos y lo que pasamos este verano. A mí no se me olvida y hay que valorar lo que están haciendo los chicos. Estoy satisfecho de estar a estas alturas de Liga como estamos, pero nos queda una segunda parte muy dura».
