Héctor Hernández tiene la confianza desde el principio de Liga de Rubén Baraja. El preparador castellano lo ha dicho en repetidas ocasiones en la sala de Prensa y lo demuestra cada jornada poniéndolo en el grupo de los elegidos cada vez que su equipo salta al campo. De hecho, el delantero canario ha sido titular en los 10 partidos de Liga que el equipo franjiverde ha disputado en la competición regular hasta sumar 697 minutos. «Poco a poco me voy encontrando mejor y con confianza», asegura el jugador, quien recuerda que en la posición en la que está actuando en el Elche, como media punta, «necesita un periodo de adaptación» que poco a poco va asimilando. Está sumido en estos momentos en una especie de metamorfosis. El llegó al equipo ilicitano como un jugador técnico y que hacía goles y, ahora, está metido de lleno en otros menesteres por decisión técnica. Se le valora ahora más su trabajo de ayuda a Sergio León, que actúa como hombre más en punta, e incluso, en el partido ante el Leganés cayó a banda izquierda, zona donde podría jugar en La Romareda a tenor de lo visto estos días en los entrenamientos. «No he jugado mucho en esa demarcación, pero trato de adaptarme», insiste, antes de confesar que «lo importante es trabajar para el equipo y lo estoy haciendo».

En esa tarea oscura no saca a relucir todas esas virtudes que le hicieron recalar en el Atlético Madrid y que le permitieron debutar con el equipo del Manzanares. Sus características maridan mejor con el fútbol de toque que se jugó en el Elche a principio de campaña, que con el más práctico que se trata de implantar ahora, hasta que se borre de la mente de los futbolistas los ocho goles recibidos ante Llagostera y Mirandés.

Se está tratando de alcanzar una solidez defensiva para, a continuación, dar un paso adelante y poner sobre el césped el estilo de juego del comienzo liguero.

En esa travesía por el desierto futbolístico jugadores del estilo de Ilie o Héctor se ven obligados a vivir en sus carnes una especie de metamorfosis, que esperan que los lleve a convertirse en jugadores más completos, aunque corren el peligro, como sucede en el libro de Franz Kafka, en la que el escritor alemán describe la transformación de Gregor Samsa, el personaje de su novela, en un gigantesco insecto, que pierdan sus verdaderas virtudes y el equipo se resienta cuando quiera volver a su idea inicial del toque.

También es cierto que la mayoría de equipos de la categoría buscan como auténticos posesos la portería a cero como objetivo inicial para, a continuación, tratar de explotar al máximo el olfato goleador de sus puntas y así rentabilizar sus dianas. Un ejemplo de ello es el Real Zaragoza.

«La gente puede opinar lo que quiera, pero hay que entender que somos una plantilla nueva y hay que tener un poco de paciencia porque el equipo está ahí luchando con los mejores y hay que ir partido a partido», apunta el atacante cedido por el Atlético de Madrid, quien reconoce que al Elche le gusta realizar un juego combinativo, si bien precisó que «el rival también juega y a veces hay que actuar de una forma diferente a la que uno desea o quiere».

Preguntado por el cambio de estilo en los últimos partidos, en los que el Elche jugó de forma más directa, Héctor recordó que «muchas veces juegas bonito y no puntúas». «Y otras veces no lo haces tan bien y logras puntuar, que es lo importante ahora mismo», agregó.

Héctor Hernández trata de ser positivo. La temporada pasada no jugó y en esta campaña está teniendo la confianza de su entrenador en todos los partidos. Para él es un importante paso adelante en su carrera. Además, aunque ha sido sustituido en todos los encuentros, salvo el jugado en tierras oscenses y el que se disputó en Palamós ante el Llagostera, no se siente señalado e insiste en la misma idea: «Lo importante es el equipo».

El atacante canario, que solo ha anotado un tanto en la Liga, el que marcó en Huesca ante el equipo aragonés, se muestra convencido de que el gol «acabará por llegar. Repito, lo importante es darlo todo por el equipo».

Duelo en La Romareda

En cuanto al próximo partido ante el Real Zaragoza, el delantero franjiverde se mostró convencido de que se verá un encuentro «muy competido entre dos equipos que van a buscar la victoria».

Está seguro de que «vamos a ir a La Romareda con ganas de competir y a intentar ganar» y niega que su equipo tenga presión en este encuentro. «Será un partido muy bonito y competido. Los dos equipos somos grandes rivales y será un gran duelo en un campo histórico y ante una gran afición», apostilló.

Los ilicitanos sólo han ganado una vez en la capital maña en las 22 ocasiones que se han enfrentado ambos clubes. Hay que remontarse al 24 de noviembre de 1968 para saborear un triunfo franjiverde. En aquella ocasión, Vavá y García Rivas dieron la victoria a los visitantes. El duelo terminó con un 0-2.

Héctor y sus compañeros de equipo tratarán el domingo, a partir de las 12.00 horas, de romper las estadísticas ante un rival que sufre demasiado en su feudo para sacar adelante los encuentros. Van a ser 90 minutos muy intensos.