José Ángel Alonso asegura que ya ha vuelto a sentirse otra vez futbolista. Después de un largo calvario de seis meses, por una lesión del ligamento cruzado de su rodilla, el jugador salmantino recibió en la tarde de ayer el alta médica, por parte del doctor Ripoll, aunque señaló que «todavía me falta un poco» para poder volver a jugar.

El canterano intenta mantener la tranquilidad después de muchos meses alejado de los terrenos de juego, aunque confía en poder volver a disfrutar de minutos antes del parón navideño y no esperar al mes de enero. «Mi meta es volver a jugar antes de Navidad y recibir ese regalo por adelantado. Mi objetivo es ir ganando minutos y disputar un puesto, aunque sé que lo voy a tener complicado».

El central, que también puede jugar como pivote defensivo, lleva varias semanas entrenando con el grupo, pero hasta ayer no había recibido el alta médica. «Ya me siento uno más después de tantos meses lesionado. Ahora ya veo un poco la realidad como antes de lesionarme».

A pesar de ello, José Ángel reconoce que todavía no está en condiciones para entrar en una convocatoria. «Llevo dos semanas entrenando de forma normal con el grupo, cogiendo ritmo, pero todavía me cuesta hacer movimientos rápidos y cortos que es lo que más me cuesta. Además, tengo una pequeña molestia en la rodilla, que es normal, que me hace ir con precaución», explica.

El pasado sábado se cumplieron seis meses de su lesión y el futbolista salmantino señala que «lo primero que tengo que hacer es superar esas pequeñas molestias que tengo y coger más ritmo. La evolución me la irán marcando los entrenamientos. No me falta mucho para volver, pero todavía queda un poco», reconoció.

El futbolista franjiverde asegura que estos seis meses «se me han hecho muy largos», aunque indica que «desde el principio me mentalicé de que iba a ser duro. Los primeros meses los llevé mejor. He estado todo el verano trabajando solo con el readaptador, Ángel Torres, pero, gracias a Dios, ya se ha pasado».

José Ángel Alonso afirma que su grave lesión le ha servido para «valorar más pequeñas cosas que antes no le daba mucha importancia. No me podía sentir futbolista y en la vida normal no podía dar un paseo sin acordarme de la rodilla. A nivel físico ha sido muy duro, perdí mucha masa muscular y me ha costado mucho», aunque reconoce que lo «más difícil» ha sido a nivel psicológico. «He estado mucho tiempo solo, con la constancia de venir todos los días a rehabilitación. Es difícil estar con una mentalidad fuerte, pero ahí estaba Ángel, el readaptador, mi familia, mi novia, mis amigos y todo el mundo que se preocupaba y me animaba para ir hacia adelante».

Por último, el futbolista charro también destacó el papel y el apoyo recibido por el entrenador, Rubén Baraja. «Mi relación con el técnico es muy buena. Desde el principio me trasmitió tranquilidad y me dijo que lo importante es que me recuperase bien. Ahora estoy centrado en superar las pequeñas molestias y estoy más cerca del proceso de pensar como futbolista en los rivales y en los partidos».