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«Espiniesta» pone el fútbol

El mediocentro franjiverde está llamado a coger galones en el Elche a la hora de atacar

«A jugar con valentía y a romper nuestra mala racha en La Romareda». Así se expresaba en su cuenta de Twitter Javier Espinosa dos horas antes de que se iniciara el partido ante el Real Zaragoza el pasado domingo. Una declaración de principios que dejaba bien a las claras el libro de estilo franjiverde basado en asociarse alrededor del balón. Y, en esa tarea, el mediocentro de Talavera tiene un papel predominante como se pudo ver a lo largo de los 90 minutos de juego en la capital bañada por el Ebro.

Por detrás de Sergio León, como enganche, el centrocampista manchego mostró sobre el campo sus cualidades, la mejor versión de un jugador de pincel fino y que maravilló en La Masía de tal manera que muchos llegaron a compararlo con su ídolo Andrés Iniesta, e incluso le llamaban «Espiniesta». Su evolución está siendo a fuego lento y su recorrido todavía es muy amplio, solo falta ir madurando de la manera adecuada evitando que el arroz se queme antes por darle demasiado fuego. En el Elche puede dar ese paso adelante que en sus dos anteriores equipos, Villarreal, al que pertenece, y Almería, no consiguió porque no le dieron los minutos que necesita. Los artistas tienen más complicado salir a flote en este fútbol actual y la paciencia, en la mayoría de las ocasiones, pasa de largo.

En el Elche ha jugado gran parte de los partidos, desde que comenzó la Liga, pegado a banda y tras jugar en la segunda parte ante el Leganés por el centro repitió el domingo en la capital aragonesa.

El propio jugador reconoce que en esa zona del campo «participo más en el juego y enlazo más», aunque dentro de la modestia que la caracteriza afirma que «mientras esté en el juego me da igual en qué sitio me pongo».

Lo cierto que en el cambio de sistema, Baraja ha pasado del 4-4-2 al 4-2-3-1 en el último encuentro, sale beneficiado porque le permite asociarse con sus compañeros mejor, alrededor del balón por el centro, con muchos más espacios y liberándose de banda donde él no se encuentra cómodo y tiende a dibujar diagonales hacia el centro en su intento de escapar de la línea de cal donde no explota al máximo sus virtudes al no ser un extremo.

El domingo, el técnico le dejó la responsabilidad de tirar del equipo para adelante y quitó del once titular al delantero Héctor. Un futbolista que había sido fijo en los esquemas del preparador castellano y llevaba al equipo a jugar con el 4-4-2.

Los que lo vieron en La Romareda se quedaron con su sutileza a la hora de llevar el balón controlado, sorteando rivales, hacia el área del meta Bono. En la retina de todos los presentes quedó su pase entre líneas a Sergio León que su compañero no pudo convertir en gol, en un mano a mano con el cancerbero del conjunto maño. Tampoco se puede olvidar la jugada en la que después de sortear varios contrarios, como conos en un entrenamiento, decidió dar el balón a Álvaro, que se había metido en fuera de juego, en lugar de acabar su obra de arte con una nueva pincelada. Hubiera salido a hombros como los mejores toreros. «Estoy a gusto en el campo y poco a poco voy encontrándome mejor», reconoce antes de confirmar que «creo que ha sido uno de mis mejores partidos». Se notó que es un jugador especial y se le liberó del trabajo defensivo. En esa tarea marca las diferencias en la categoría y Rubén Baraja está obligado a sacarle el máximo rendimiento y, de paso, en darle el empujón definitivo a un jugador llamado a empresas mayores.

Con relación al partido ante el Zaragoza disputado el domingo en La Romareda, Javier Espinosa afirma inicialmente que fue «una derrota muy dura y no merecida». A continuación, no duda en afirmar que «cualquiera de los dos equipos pudo ganar y los detalles decidieron de su lado. En líneas generales estuvimos bien y se nos quedó un mal sabor de boca. Tuvimos ocasiones y no las materializamos, la suya la metieron dentro y, a partir de ahí, nos vinimos un poco abajo y dejamos espacios para que nos hicieran el segundo». Entiende que ya es momento de no mirar más atrás y «levantar la cabeza» y desea dejar claro que «el Zaragoza es un grandísimo equipo y con el gol a su favor manejaron mejor y nos maniataron. Hay que darle mérito al rival».

Esta derrota ante el equipo de Popovic supone que el equipo ilicitano se aleje de los puestos de cabeza, pero el mediocentro de Talavera señala que «conforme está la clasificación, si ganamos dos partidos nos enganchamos otra vez arriba». Por eso, ya sólo piensa en ir a por la victoria en el siguiente encuentro, contra Osasuna en el Martínez Valero ante su afición. El reto no es sencillo, pero si Espinosa es capaz de sacar su mejor versión la victoria del Elche estará más cerca. El denominado en La Masía como «Espiniesta» está obligado a seguir creciendo como futbolista para demostrar que además de compartir con el de Fuentealbilla su gusto por el vino lo hace en sabiduría y buenhacer futbolístico.

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