Juan Serrano regresa a la presidencia trece años después de que un 15 de julio de 2002 fuera elegido máximo dirigente del Elche CF en una Junta General de Accionistas que tuvo lugar en los locales de la entonces Mutua Maz. Su candidatura fue la única que se presentó y contó con el respaldo del 63 por ciento del accionariado del club. El Ayuntamiento le apoyó con sus títulos.

Serrano formó un consejo en el que estaban junto él José Bernabéu Pic, Joaquín Ruiz, Andrés Navarro, José Martínez Ñíguez, José Antón Puntes y José Llopis.

Julián Rubio, con el que tuvo muchas tiranteces, fue su entrenador, hasta que al final de esa campaña, la 2002-2003, tuvo que recurrir a Casimiro Torres, que en su debut en Ipurúa fue capaz de ganar al Éibar y lograr la permanencia en Segunda División del Elche. Un éxito en aquel club muy tocado por los temas económicos.

Otro de sus logros fue el de convencer a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de que el Martínez Valero albergara la final de la Copa del Rey que enfrentó el en el coliseo franjiverde a Mallorca y Recreativo el 28 de junio. Fue un auténtica fiesta del fútbol y los ingresos económicos muy importantes para las depauperadas arcas del club ilicitano.

Rozó con sus dedos la puesta en marcha de un proyecto de ocio que prometía dejar 25 millones de euros durante 20 años en las arcas del club, pero no encontró el respaldo del entorno. Aquel fue el principio de su fin. La dimisión de Amador Poveda, al que había sustituido como presidente y que trabajó junto a él, le dejó muy tocado, como también la marcha de Andrés Navarro y Joaquín Ruiz. Acabó esa campaña y decidió irse. Su relevo lo recogió Ramón Sánchez.

Desde entonces siempre ha seguido al Elche desde la barrera y cacada vez que le han llamado ha estado ahí este gaditano nacido en Olvera el seis de octubre de 1953. Llegó a la ciudad ilicitana en 1976 de visita y se quedó aquí enamorado de las palmeras y de la hospitaliad de su gente.

Empezó trabajando con un autobús, al final pudo hacerse con una flota y cuenta con una agencia de viajes. Le gustaría llevar al Elche en su autobús hacia Primera División y sueña con conseguirlo rodeado de su equipo de trabajo.

Siempre ha buscado unir sensibilidades alrededor del Elche y, ahora, tiene una oportunidad para hacerlo en un momento donde la fractura de la masa social en muy grande. Su talante de hombre bueno puede ayudarle, aunque el Mihura tiene cuernos muy grandes.

En su anterior época como presidente del Elche CF, cuando peor estaban las cosas, salía de su casa en Gran Alacant por las noches y bajo la luz de la luna miraba al Mediterráneo y trataba de buscar salidas a un Elche que navegaba a la deriva en esa soledad solo rota por el sonido de las chicharras.

Durante el pasado mes agosto, como portavoz de la gestora, volvió a su atalaya a mirar al mar. Llevaba muchos años sin hacerlo y allá a lo lejos vio la luz.

Un dato. Cada vez que el estrés le ataca se va con sus amigos a jugar al fútbol. Alguna patada se le escapaba a la hora de liberar la adrenalina que se acumula en el despacho del Martínez Valero.

Su mujer, Rafaela Torres «Nina» no ha entendido su vuelta al campo de batalla, pero tiene claro que Juan es un guerrero y que el fútbol y su Elche lo lleva muy dentro. Sus hijos Juan Antonio y José Manuel lo han visto mejor. Sus más allegados le han dejado claro que está loco de atar. Lo reconoce: «Estoy loco por el Elche CF»