Después de un verano trágico en el que el Elche ha vivido la peor de las pesadillas de su historia, que al final ha sido realidad,con el descenso administrativo a Segunda División, el conjunto ilicitano afronta la nueva temporada con el objetivo de recuperar la ilusión para intentar encauzar el futuro de una entidad que ha estado al borde de la desaparición.

A los aficionados franjiverdes todavía no se le ha pasado el disgusto de ver cómo le han privado de volver a disfrutar de la Liga de las Estrellas por la nefasta gestión de sus dirigentes. Tras dos años en la élite en los que el Elche se ha codeado y se ganó, por méritos propios, su continuidad en la máxima categoría, la cruda realidad es bien diferente. Ahora toca volver a amoldarse a la categoría de plata, en las que tantas temporadas ha estado, hasta que hace tres logró el ansiado ascenso a Primera.

Es el momento de resetearse e iniciar una nueva aventura con una plantilla totalmente remozada, con limitaciones económicas y con una masa social que ha caído en el más profundo de los desánimos, pero que, poco a poco, están intentando levantarse del mazazo que ha supuesto quitarle el el bonito juguete de contemplar a los mejores jugadores del mundo y a equipos como el Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid por el césped del Martínez Valero.

De poco vale ahora los bonitos recuerdos que aún perduran en la memoria de los aficionados. La rentidad ha vivido una auténtica metamorfosis toca volver a remangarse para intentar regresar lo antes posibles a la Liga de las Estrellas.

Para ello, el nuevo proyecto franjiverde ha sido encomendado a un entrenador neófito como Rubén Baraja, que alcanzó la cima como jugador, pero que, como técnico, sólo tiene experiencia en el Valencia juvenil. A pesar de ello, el club ilicitano confía en que se pueda repetir el experimento que sucedió con Fran Escribá, quien también llegó sin experiencia como primer entrenador y se ha convertido en el técnico más laureado de la historia de la entidad franjiverde.

El descenso ha provocado la «espantada» de toda la plantilla de la temporada pasada -sólo quedan los canteranos Álvaro y José Ángel- y de la comisión deportiva con la marcha de Víctor Orta y de Emilio Vega. En esta ocasión , la confección del nuevo equipo se le ha confiado a Ramón Planes, un director deportivo de amplia experiencia, que triunfó en el Espanyol y que quiere reverdecer viejos laureles en el Elche.

El catalán, en apenas 15 días, ha configurado un conjunto en el que han llegado 12 nuevos fichajes, que tienen un denominador común: futbolistas que llegaron a la élite y que, tras varios años sin triunfar, quieren reivindicarse; y jóvenes que llegan cedidos con el objetivo de hacerse un nombre para dar el salto a Primera División.

Entre ellos destacan futbolistas como Lolo, Nono, Isidoro o Armando, que triunfaron en las canteras del Sevilla, el Betis o el Barcelona. Por su parte, Álex Moreno, Héctor Hernández, Álex Martínez o Caro, han llegado cedidos por el Rayo, Atlético de Madrid y Betis, respectivamente, y han venido dispuestos a poner sus cualidades en el escaparate.

A esta juventud se le une futbolistas con más experiencia como son los casos de Hugo Álvarez o el portero Javi Jiménez. Por su parte, Cifu, Sergio León y Pelayo han regresado a la disciplina del Elche, tras sus cesiones en equipos de Segunda División.

Con tantas novedades, el rendimiento es toda una incógnita, pero conformen se ha ido formando el equipo la ilusión ha aumentado y no se renuncia a nada.