Emoción, lágrima, voz entrecortada. Así se despidió ayer Aarón Ñíguez del Elche. El jugador ilicitano pone punto y final a tres años «imborrables» en los que ha podido cumplir el sueño de jugar en el equipo de su ciudad, lograr un histórico ascenso a Primera División y dos permanencias en la máxima categoría. Su corazón le pedía quedarse pero la cabeza le ha dicho que debía marcharse. «Tengo 26 años y tengo la ilusión y necesito crecer como futbolista. Igual que durante años los caminos del Elche y los míos no se juntaron, ahora toca separarnos. Pero allá donde esté, como ilicitano, siempre seré un aficionado más y llevaré al equipo en mi corazón».

Aarón estuvo acompañado de su padre Boria, de su madre, de su hermano Jhony y de numerosos familiares y amigos. No pudo contener la emoción tras leer la carta de despedida y, luego, no quiso hacer leña del árbol caído y evitó criticar la gestión de las anteriores directiva. «Nunca voy a entender que lo se ha ganado en los terrenos de juego se pierda en los despachos. Cuesta creer todo lo que no ha pasado, que terminásemos en la décimo tercera posición en Primera División y ahora estemos en Segunda. Hoy es un día de despedida y agradecimientos y no de críticas».

El mediapunta franjiverde no ha desvelado su futuro. Tiene ofertas de España, Sporting y Betis han preguntado, y del extranjero. «El mercado está llegando a su fin y en unos días tomaré la decisión».

A Aarón le gustaría volver algún día al Elche. «Igual que lo caminos se juntaron, ojalá en un futuro lo vuelvan a hacer».

Aarón deseo «mucha suerte» al club franjiverde y está convencido de que va a salir adelante. «Se está haciendo un equipo nuevo y me gustan los jugadores que están viniendo. Al final seguro que habrá un equipo competitivo que luchará por el objetivo que todos queremos». Aarón ha ayudado al club en momentos difíciles «como buen ilicitano».