Job, principal protagonista del «Libro de Job» en la Biblia, es sometido a unas duras y opresivas pruebas establecidas por un ángel caído, con autorización de Dios, pero ante las dificultades logra demostrar su fidelidad al Creador y alcanzar el premio debido a su paciencia y perseverancia. «El Señor me lo dio y el Señor me lo quitó», insiste a cada una de las calamidades que le toca sufrir. Mucho de Job tiene el técnico del Elche, Rubén Baraja. Su espíritu castellano, curtido en la meseta vallisoletana, le ha ayudado a sobrevivir a uno de los peores momentos de la historia franjiverde. Llegó el 13 de julio, dos días más tarde de su cumpleaños y sin saber que el regalo estaba envenenado, con el club en Primera. Por el camino, casi termina en Segunda B en un tiempo récord. En ese período no se ha hablado nada del fútbol y le ha tocado entrenar con un gran número de jugadores que ya sabía que no se iban a quedar. Ha sabido aguantar todo un vendaval, que parece amainar, y confía en que a partir de hoy lo deportivo prime sobre lo demás y se pueda hacer un equipo competitivo, capaz de dejarse ver en Segunda División.
Por fin ha terminado la pesadilla y el Elche ya sabe que va a jugar en Segunda División...
Se ha resuelto lo primordial. Después de tres semanas muy duras y convulsas, con continuos subes y bajas a nivel emocional, ya sabemos donde estamos y que vamos a competir en Segunda División A. Empieza ahora la parte más bonita, la de configurar la plantilla para competir, aunque no va a ser fácil porque no queda poco tiempo material para hacerlo.
La pretemporada de verdad empieza hoy.
Así es, aunque llevamos ya tiempo trabajando. El poco tiempo que tenemos por delante (La Liga la inicia el Elche ante la Ponferradina el 23 de agosto en El Toralín) debemos de saber aprovecharlo y tomar decisiones rápidas para confeccionar un grupo competitivo. El lunes empieza una nueva época. El equipo tiene que cambiar mucho de aquí a principio de Liga. Tenemos que llegar al primer partido en condiciones y toca trabajar muy duro.
¿Le preocupa que sólo pueda disponer de 18 futbolistas y las limitaciones salariales que impone la Liga de Fútbol Profesional?
Tenemos que hilar muy fino en la confección de la plantilla porque sólo dispondremos de 18 fichas. La afición debe estar con el equipo ya que ahora toma protagonismo lo deportivo. Hay que tener paciencia y encontrar las mejores ofertas que haya en el mercado. Tenemos que acertar.
¿Dónde va a colocar la entidad el listón de la exigencia deportiva?
Nos fijaremos unos objetivos en función del techo económico que tengamos y trabajaremos para encontrar aquellos jugadores que completen la plantilla. Nos sentaremos a hablar con la gente que ha salvado al equipo de bajar a Segunda División B para fijarlos y, a partir de ahí, a trabajar. Hay que reforzar la plantilla sin premura y los que tengan que salir que lo hagan lo antes posible. Es lo mejor para todos
Tras el partido ante el UCAM dialogó con Juan Serrano y José Alberola, miembros de la gestora del club. ¿Qué le pidieron?
El mensaje de los nuevos dirigentes y del cuerpo técnico es el mismo, unidad. No debemos repetir errores. Yo me pongo del lado de esos empresarios que se han jugado su dinero y su prestigio, y de esos aficionados que ha puesto ahí sus ahorros por el club de sus amores. El Elche no puede llegar más a la situación que ha vivido en las últimas semanas y tenemos que construir un club desde cero. Deben imperar unos valores en el que predomine la transparencia y la claridad por esa gente que ha apostado su dinero en por la entidad que llevan en su corazón. Merecen nuestro respeto para que este nuevo Elche sienta las bases de un futuro prometedor a partir de las armonía entre todos.
