El Elche logró un punto de oro en Balaídos gracias a un penalti transformado por Lombán, en el minuto 87, que igualaba la diana del celeste Krohn-Dehli realizada en el 60. Los locales tuvieron más ocasiones para llevarse el partido, Tyton volvió a ser el ángel salvador de los suyos, pero nadie puede negarle al equipo franjiverde su lucha y entrega, y, sobre todo, la fe en sus posibilidades. Cuando Charles se va, entra Larrivey, cuando lo hace Orellana, Álex López... Dos ejemplos claros del potencial de los celtiñas, que cuenta en sus filas con Nolito, Krohn-Dehli y compañía. Pese a ello, el Elche, con sus armas, supo llevar el partido al final con opciones y encontró el premio. Quizás no existió penalti en el derribo de Krohn-Dehli sobre Víctor, pero lo que sí se pudo demostrar es que este grupo es una piña y cuando Lombán envió el balón al fondo de la red todos se abrazaron conscientes de que ese punto era vital en la lucha por la permanencia. Una batalla ganada en medio de una guerra que va a ser larga y en la que habrá que dejarse la piel en cada minuto.

En el descanso del partido, antes de iniciarse la segunda parte, se pudo escuchar la popular sintonía creada por Mike Post y Pete Carpenter de la mítica serie televisiva «El equipo A», que estuvo protagonizada por George Peppard, Dwight Schultz, Dirk Benedict y Mr. T. En ellos se refleja un grupo de futbolistas que no se asustan ante nada, ni nadie, y saben dar lo mejor de sí mismos. Los televisivos fueron encarcelados por un delito «que no habían cometido» y tras escaparse impartieron justicia allí donde podían, mientras que a los pupilos de Fran Escribá también se los infravaloró en algún momento de la campaña, pero cada jornada, sobre todo a partir de la conjura que realizaron en Navidad, demuestran que son un auténtico equipo A, con mayúsculas.

El Celta comenzó como un tiro, intentando imponer su estilo, llevando el balón de un lado para otro y creando dos ocasiones claras de gol, que Charles y Nolito no supieron convertir. El equipo gallego comenzó con la moral que le habían dado los dos últimos triunfos ante Atlético y Deportivo. Su fórmula, acoso y derribo, resultó durante algunos minutos agobiante para los intereses ilicitanos.

Fran Escribá había dejado claro durante la semana que tenían que discutirle el balón al Celta y aunque la tarea era complicada, dada la calidad que atesora el trivote celeste formado por Augusto, Krohn-Delhi y Radoja, los franjiverdes fueron fieles a su estilo y al final consiguieron su objetivo.

La lucha por el balón fue tremenda. El Celta lo quería para llevárselo a sus puntas Orellana, Charles y Nolito, muy desequilibrantes en los últimos metros. El Elche, en primer lugar, para que no lo tuviera el rival, consciente de que los de Berizzo sufren más de la cuenta cuando no lo tienen. En ese toma y daca los franjiverdes terminaron la primera parte en el área de Sergio y el franco-marroquí Fayçal Fajr dibujó un fuerte chut que salió rozando el larguero del meta rival. Una prueba de que los argumentos futbolísticos franjiverdes eran los idóneos para dar la sorpresa en Balaídos. Al Elche le faltó llegada al área rival.

Escribá introdujo de principio tres cambios. Coro sustituyó al sancionado Jonathas, Cisma fue el encargado de jugar por banda izquierda, en lugar de Edu Albacar, para frenar las incursiones de Orellana, mientras que José Ángel actuó como central, en la plaza del sancionado Enzo Roco.

Tras el descanso, el Celta volvió a la carga y Tyton tuvo que poner en práctica su mejor repertorio. Primero evitó un gol de Charles, al ejecutar dentro del área una chilena y, después, le sacó un pie salvador a Krohn-Dehli. Cuando parecía que el agobio celtiña comenzaba remitir, al son de la lluvia que caía sin cesar en Balaídos, Jonny entró con un puñal por su banda izquierda y su centro atrás lo remató al fondo de la red Krohn-Dehli. Sentó como un tiro el gol rival, costó reaccionar, pero Fran Escribá puso en el campo a Cristian Herrera y dibujó un claro 4-4-2. Arriesgó quitando a Pasalic, para retrasar a Fayçal a la medular, pero la jugada le salió perfecta. El Celta se conformó con la ventaja que tenía en el marcador, el Elche pudo ver como pasaban los minutos sin recibir el segundo y, en el minuto 87, llegó el empate. Víctor forzó el penalti y Lombán no falló. Sin Edu Albacar en el campo el central asumió la responsabilidad y llevó el balón dentro de la portería.

La fe mueve montañas y este equipo franjiverde logró ayer sumar un punto de oro ante un rival de nivel que venía de sumar 10 puntos de 12 y que en el último partido en casa superó a todo un Atlético. Repito, este es un verdadero equipo A.