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El Sevilla destapa a un limitado Elche

Los argumentos futbolísticos de los franjiverdes no sirven para ganar a los andaluces

Manu Herrera saca el balón de dentro de la portería en el primer gol. EFe / m. lorenzo

Los goles de Bacca y Gameiro en la segunda parte deciden un duelo en el que el Sevilla explotó al máximo las carencias del Elche para llevarse los tres puntos del Martínez Valero y dejar a los ilicitanos en zona de descenso. Los pupilos de Fran Escribá jugaron bien durante muchos minutos de juego, movieron la pelota con criterio, pero sus argumentos futbolísticos no les valieron para superar al equipo hispalense. Así de duro. El 0-1, gracias a una carambola dentro del área, en el minuto 59, dejó al Elche sin poder de reacción y ya no se pudo hacer nada más. Con mucho oficio y poco fútbol, el Sevilla se llevó todo el premio y el conjunto ilicitano tuvo el balón, pero sin lanzar a puerta es imposible ganar un partido a pesar de que se dio la cara en todo momento.

Además, sin que sirva de excusa, el árbitro navarro Prieto Iglesias tampoco ayudó mucho a la parroquia franjiverde. La falta del primer gol del Sevilla no era tal, Deulofeu engañó al colegiado, se comió un claro penalti sobre Adrián con 0-2 en el marcador, y, una vez más, en el criterio de las manos, salió perjudicado el Elche, ya que no quiso ver una de Iborra, semejante a la que provoco la expulsión de Jonathas en Almería y que ayer no participó en el encuentro por ese motivo

Sin calidad en el último pase

El Elche hizo una primera parte muy buena, plantó cara en todo momento al Sevilla, pero le faltó el último pase para derribar al equipo de Unai Emery. En los metros decisivos del rectángulo de juego, donde los futbolistas muestran su calidad y los presupuestos se disparan a la hora de contratarlos, los locales mostraron sus carencias. Es ahí donde se deciden los partidos y el Elche no fue capaz ni de asomarse. Se logró hacer daño al rival por las bandas, con Edu Albacar y Damián Suárez, pero no se crearon ocasiones de gol. La ausencia de Jonathas se notó. El Elche con él sobre el campo es diferente. Cristian Herrera aporta cosas, pero ayer no se le vio mucho. Álvaro tampoco estuvo fino cuando se pisan esos campos de minas y, en el doble pivote, a José Ángel se le notó que para jugar en esa demarcación en Primera División se exige algo más, pero desgraciadamente no hay nadie en la plantilla para hacerlo. La sombra de Carlos Sánchez está siendo demasiado alargada y la falta de músculo se nota en exceso en esta plantilla. Esperemos que el belga Gaby Mudingayi, que llega hoy, aporte algo a esa zona del campo. Escribá sabe mejor que nadie que debe sacarle brillo al exjugador del Inter Milán, de lo contrario, escapar de la zona de abajo va a ser muy complicado. Lo sabíamos desde el primer día, pero equipos del potencial del Sevilla te desnudan de tal forma que uno se va al vestuario con una impotencia tal como para no levantarse el lunes para entrenar de nuevo. Pero, hay volver al tajo, conscientes de que se ha perdido una batalla, que el futuro es complicado, pero que nadie va a bajar los brazos.

No se acomplejó en ningún momento del potencial del rival, llevó el control del esférico, ante un conjunto hispalense que despreció el balón en muchos instantes del duelo y que lo basó en provocar el error franjiverde para salir en velocidad con dos balas como Aleix Vidal o Deulofeu. En un par de traspiés en la salida hacia al campo contrario el citado Vidal en dos ocasiones. En la primera de ellas, Álvaro evitó el gol; y, en la segunda, Manu Herrera se tiró muy bien abajo. El Elche quería y no podía hasta que llegó el gol de Bacca. Ya no hubo capacidad de reacción, el equipo perdió la fe, aunque nunca bajo los brazos, y se entregó a un Sevilla que con todo a su favor sentenció y pudo hacer algún gol más. A los visitantes les bastó con oficio, al Elche se le vieron sus defectos.

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