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Goles contra el pesimismo

El Elche logra el primer triunfo del curso y la plantilla demuestra su compromiso

El Elche fue un rayo en Vallecas y dejó sin luces a un rival acostumbrado a iluminar sus edificios futbolísticos a partir del buen gusto, con unos focos muy apreciados en la capital de España y que ensalzan en todos los rincones del país. El sistema defensivo franjiverde, el orden sobre el rectángulo de juego y la capacidad de sacrificio de los hombres de Escribá se coló como un auténtico rayo en la sala de máquinas madrileña y provocó un apagón en los dirigidos por Paco Jémez que duró los 90 minutos de juego. Hubo amagos, en varias ocasiones, de recuperación del fluido eléctrico por parte de los locales, pero los electricistas franjiverdes se encargaron de que así no fuera. Y en la oscuridad del trabajo bien hecho de un equipo modesto, pero que en todo momento sabe a lo que juega, aparecieron los chispazos, en forma de goles, de Edu Albacar, al ejecutar un golpe franco, Jonathas y Mosquera, para demostrar que esta plantilla sólo habla en los campos de juego y que tiene vatios suficientes para iluminar su discurrir por el difícil y a veces oscuro camino que lleva a la permanencia. Aquella que ilumina los ojos de una afición franjiverde que siempre ha sabido reconocer el trabajo de los suyos y se ha sumado al lema que dice que no somos 20 (en referencia al grupo de futbolistas que sólo ha podido contar el club por el tema de las fichas), sino 25.000, que son los abonados que tiene la entidad detrás dando su apoyo.

La semana sin fútbol sirvió para que la situación económica del club se aireara. No parece muy halagüeño el futuro con el presidente de la Liga, Tebas, apuntando a los números rojos. Pero esta plantilla está hecha de otra pasta, sabe aislarse de los vendavales y vive metida en una burbuja futbolística de la que prefiere no salir. Jugar en Primera es un privilegio y perder energías en temas externos sólo sirve para desviarse del verdadero objetivo: la permanencia.

En Vallecas se olvidó de lo extradeportivo y puso el foco en lo puramente futbolístico. Desde el inicio, fue ayer un equipo sin complejos y quiso ser dueño del balón ante un Rayo Vallecano que crece como equipo alrededor de él.

La presión franjiverde resultó brutal sobre la línea defensiva rival. Había que cortacircuitar la salida con balón de los centrales franjirrojos. En ese cometido, Víctor y Rodrigues fueron los primeros en tratar de provocar el error del rival. Jonathas, jugando de espaldas a la portería, dio la pausa necesaria a la hora de rearmarse defensivamente. Todo el mundo cumplió su papel y dos futbolistas, Edu Albacar y Jonathas, aportaron sus chispazos a la colectividad.

Con el Rayo sin luz, Albacar se inventó un golpe franco directo que hizo inútil la estirada de Cristian Álvarez. El 0-1 era el premio al trabajo bien hecho.

Pero, en el tiempo añadido, un despiste defensivo lo pagó caro el Elche. Kakuta le ganó en velocidad a Damián y provocó el empate a uno. La sensación era amarga. Se habían hecho muchas cosas bien, pero en un error de concentración el rival había logrado la igualada.

El descanso sirvió para confirmarse en la idea, nadie se tiró del barco y la reanudación tuvo los mismos argumentos futbolísticos. Fruto de la presión llegó el segundo gol. Adrián robó un balón, se lo envió a Jonathas, que, tras deshacerse de los centrales, empalmó un disparo raso junto al palo que dejó boquiabiertos a todos.

Con el 1-2 en contra Paco Jémez no se quedó con los brazos cruzados y se decantó por una defensa de tres. Fue osado y valiente en su planteamiento y la apuesta le salió mal. Demasiados riesgos ante un Elche que sabe manejarse a la perfección ante conjuntos que descuidan sus espaldas.

Pudo salirle bien la jugada a Jémez si Aquino llega a acertar las dos claras ocasiones que tuvo en el área del Tyton, después de cinco minutos intensos donde el Elche perdió su amistad con el balón. El esfuerzo físico parecía pasar factura. Pero, los jugadores madrileños perdonaron y tuvieron el castigo del tercer gol franjiverde. El fútbol es así de caprichoso. Jonathas supo controlar el balón tras una contra, le dio pausa a la jugada hasta que vio desmarcado a Mosquera al borde del área. El gallego recibió el balón y lo metió dentro de la portería gracias a un tiro cruzado. El esférico pegó en el palo y se fue para adentro.

Prácticamente allí terminó el encuentro. El Rayo perdió la fe en la remontada y el Elche sacó fuerzas de flaqueza para volver a controlar el duelo sin altibajos. Sólo un penalti absurdo de Edu Albacar, el balón le pegó en la mano, puso incertidumbre a los minutos añadidos por Bikandi Garrido, pero el Elche se defendió bien y mantuvo el tipo hasta el final. Se hizo la luz y el Elche y tiene en el bolsillo la primera victoria de la temporada. Un gran paso, quedan otros 35.

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