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Los tres pilares de Sepulcre

El presidente del Elche pone en marcha un proyecto a tres años vista con Escribá, Orta y Vega

Los tres pilares de Sepulcre antonio amorós

José Sepulcre ya tiene los tres pilares sobre los que desea configurar un Elche que sea capaz de hacerse hueco en Primera División y que no pase por la máxima categoría sin dejar huella, de forma efímera. Un reto que se marcó nada más terminar el partido ante el Barcelona, que daba la permanencia al equipo en Primera Divisiónpermanencia, que ya venía dándole vueltas a su cabeza, y que culminó el pasado viernes, cuando hizo oficial la ampliación del contrato de Fran Escribá hasta junio de 2017.

De esta forma, el presidente franjiverde fue capaz de cerrar el círculo. Ya cuenta con un entrenador, un director deportivo y un secretario técnico, con tres años por delante, para trabajar con la tranquilidad que supone un proyecto a largo plazo, que lógicamente busca resultados inmediatos ya que todo pasa por seguir en la Liga BBVA. El futuro económico del Elche está basado en ello y si la locomotora deportiva avanza por los carriles adecuados, todo lo demás será más fácil.

Sepulcre se ha puesto al frente de ella, como el jefe de los maquinistas, haciendo suya la mítica frase de Groucho Marx, «¡Más madera, traed más madera!». Con ella, Groucho exhortaba a sus compinches a llenar las calderas de la locomotora con más leña en la conocida película «Los Hermanos Marx en el Oeste».

Los hermanos, en su frenética persecución de un par de ladrones, desmontaban el tren pieza a pieza, desde las butacas hasta el suelo para alimentar el fuego de las calderas. «La locomotora no debe detenerse, ¡más madera!», gritaba el mayor de los Marx.

Sepulcre ha hecho algo semejante. Ha desmontado toda la comisión deportiva anterior, que comandaban Jesús de Huerta y Antonio Prieto, para confiarlo todo en el trío Escribá-Orta-Vega. Madera para que la locomotora no pare y camine a otro ritmo hacia la estación del éxito. La apuesta económica es importante, pero el dirigente ilicitano tiene claro que había que dar un golpe encima de la mesa y cambiar unas estructuras obsoletas, sin un futuro claro por delante, para que el Elche tuviera otro ritmo de trabajo y un futuro más halagüeño.

Al presidente del Elche no le gusta que le digan que Fran Escribá no era su primera opción. Julio Velazquez era el elegido inicialmente. Pero al final llegó el segundo de Quique Sánchez Flores y aunque no fue un amor a primera vista, con el roce llegó la compenetración y poco a poco la sintonía entre presidente y técnico fue a más hasta llegar a la situación actual.

Escribá fue creciendo con el trabajo y los resultados y Sepulcre se dio cuenta que el primer pilar de su nuevo edificio debía ser el entrenador. Los arboles de la permanencia en Primera no le quitaron la vista de un Elche que aspira a hacerse un hueco entre los grandes y tuvo claro que el proyecto quedaba cojo si al lado de entrenador no colocaba a un director deportivo con ambición y a un secretario técnico capaz de darle continuidad al buen trabajo que se estaba haciendo en el fútbol base. Escribá le aconsejó en los continuos cara a cara que tuvo con él todo este cambio.

El primer paso ya se ha dado y ahora falta que el proyecto vaya creciendo porque luego la pelota rueda en los campos y los resultados terminan por ser los jueces de todo lo hecho anteriormente.

La sintonía entre el cuerpo técnico y la dirección deportiva es una garantía. El aficionado confía ciegamente en el entrenador y a partir de ahí tiene claro que se harán bien las cosas. La responsabilidad de Víctor Orta y de Emilio Vega en la tarea es muy grande, saben que no pueden fallar en la construcción de un Elche que sea capaz de dejar huella en la categoría.

Faltan muchas cosas por hacer, pero se tiene la impresión de que se sabe lo que se quiere. Sepulcre sabe que tiene una oportunidad histórica de conseguir que el Elche vuelva a ser el de antaño y ha puesto todos los medios a su alcance para que así sea. La locomotora no debe detenerse: ¡más madera!.

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