El Elche emborronó la gran primera vuelta que ha realizado en esta Liga perdiendo ayer en el Nou Estadi de Tarragona ante el colista Nàstic por 1-0. En apenas siete días, tras entregar los tres puntos al Alcoyano y al conjunto catalán, los ilicitanos han caído del liderato a la cuarta posición de la tabla dentro de la Liga Adelante. Los franjiverde tuvieron doce minutos muy brillantes, con tres ocasiones muy claras para marcar, pero a medida que fue transcurriendo el encuentro desaparecieron, sobre todo a raíz del gol de Alvaro Rey en la primera llegada rival al área de Juan Carlos en el minuto 26. Apenas doce minutos brillantes son muy pocos para ganar un partido, máxime cuando no estás fino en el área rival y la derrota deja bien a las claras que si este equipo no compite al 200 por ciento es uno más de la categoría.

Todo lo bueno que hizo al principio del duelo, presión en el campo rival, dominio de la pelota y llegada al área catalana, dio paso, sobre todo en la segunda parte, a todo lo contrario. Fue el Elche que todos sabemos en ese arranque de partido y luego se ausentó. El centro del campo desapareció, mejor dicho, no tiene futbolistas capaces de bajar la pelota y manejarla de aquí para allá cuando el rival se cierra y tiene calidad para hacerlo, en las bandas, pero se notó en exceso la ausencia Xumetra, mientras que Palanca estuvo demasiado solo en sus intentos de desarbolar a la defensa rival. No hay que olvidar que el Nàstic cuenta con jugadores de mucha calidad, a pesar de ser colista, capaces de esconder el esférico para que el Elche ni lo huela y eso sucedió cuando se vio por delante en el marcador.

Con esos argumentos, en el segundo tiempo del conjunto ilicitano fue un querer y no poder. El equipo sufrió demasiado corriendo detrás del balón y cuando lo tuvo resultó demasiado previsible. Los cambios también llegaron tarde, aunque quizás Bordalás tampoco tenía futbolistas en el banco capaces de cambiar esa dinámica de juego ante un rival con oficio y futbolistas que saben lo que hacer con el esférico. Además, en esta ocasión los pupilos de Jorge D'Alessandro le echaron casta, ausente en su ADN en otras tardes, conscientes de que se jugaban la vida en el duelo.

El Elche hizo ocasiones en los primeros diez minutos para ponerse 0-3 en el marcador. Nada más sacar de centro Perico se quedó solo dentro del área pero no acertó a rematar un balón en el segundo palo con toda la portería para él; en el 5, de nuevo el mediapunta andaluz remataba de cabeza a las nubes un preciso servicio de Palanca; y de nuevo Perico, en el 10, se iba de su marcador pero no lograba batir a Rubén en el mano a mano. Los ilicitanos superaban una y otra vez al rival sin complejos y sintiéndose mejores con sus armas.

El dominio franjiverde era total y de nuevo Linares y Etxeita, en los minutos 19 y 20, volvían a estar muy cerca de adelantar a su equipo en el marcador. Todo parecía de color visitante hasta que en el minuto 26 Álvaro Rey recogía un rebote de Juan Carlos y colocaba el 1-0 en el marcador. El gol pudo no subir al marcador porque en el remate previo a la jugada Powel estaba en una posición muy dudosa. Pudo pitar fuera de juego. Al que sí se lo señaló fue a Etxeita, en el 37, cuando recogió un rebote del meta grana a disparo de Linares, y metió el balón dentro. Esta vez el colegiado sí lo anuló y acertó.

El estropicio moral pudo ser más grande si a tres minutos del descanso Edu Albacar no saca bajo los palos una vaselina de Powel, que se colaba dentro.

El resultado en el descanso era injusto si nos atenemos a los méritos de ambos equipos, pero el árbitro quizás no estuvo certero en el gol rival y el Elche falló demasiado adelante y el que perdona lo paga caro. Lo demás lo hizo bien. Salió al campo muy enchufado, le robó el balón al Nàstic y consiguió que Powel, al que quiso fichar Bordalás en verano, estuviera desconectado arriba durante muchos minutos.

La segunda mitad comenzó con un remate de cabeza dentro del área de Linares, que detuvo Rubén, pero a partir de ahí el Elche se ausentó de manera incomprensible del coliseo catalán. Perdió el balón, el centro del campo desapareció y no estuvo como en él es habitual. Además, tampoco Linares colaboró para que la suerte se pusiera del lado franjiverde en un remate que tuvo dentro del área en el minuto 82, tras un gran pase de Palanca. También es cierto que en los últimos minutos Powel y Juste pudieron aumentar la cuenta de su equipo en sendos contragolpes.

El Elche fue víctima de la precipitación, le pudieron las prisas y sobre todo el faltó un hombre en la medular que serenara el juego y tuviera el balón.