El Elche es el líder de la Liga Adelante y los números del equipo dejan claro que su puesto en lo más alto de la clasificación no es algo ficticio y está sustentado sobre una base sólida. La pasada campaña logró ser el equipo más regular de la categoría en la segunda vuelta, terminó tercero en la tabla, la primera vez que no sube un equipo ocupando esa plaza, y perdió el tren del ascenso en una promoción en la que no perdió ningún partido con el Granada y subió el conjunto nazarí por el valor de los goles en campo contrario. A partir de ahí se ha mantenido el bloque y los que han llegado se han adaptado muy rápidamente al estilo de juego del equipo. Bordalás ha logrado que sus futbolistas tengan claro que la base del éxito del equipo está en el trabajo y en jugar cada partido como si fuera el último.

No tienen el presupuesto más alto de la categoría, ni cuentan con jugadores de relumbrón, pero gracias al esfuerzo solidario del grupo el Elche está de líder de Segunda y, lo que es más importante para el futuro, sabe a lo que juega. Los rivales lo temen.

Una hora después de la victoria en Vigo, en el vuelo de vuelta, allí estaban los colaboradores del técnico con el ordenador a tope analizando los detalles del partido y haciendo un control exhaustivo de cada jugador. La categoría es muy igualada y este grupo de trabajo tiene claro que hay que preparar cada acción al milímetro.

Los resultados que está consiguiendo el equipo responden a unas virtudes de la plantilla en la que todo el mundo se siente solidario y nacen de la pizarra. La metodología es fundamental en este Elche y de ahí que se se expriman al máximo todos lo recursos, incluido el de las jugadas de estrategia que se elaboran en el "laboratorio" del Martínez Valero. Ahí están los goles marcados a lo largo de este inicio de competición.

Al igual que la temporada pasada, el Elche es uno de los equipos que más goles marca y de los que menos reciben. En la campaña anterior los pupilos de Bordalás fueron los menos goleados de Segunda (42 goles encajados) y mantuvieron en 18 encuentros la portería a cero. Eso no implica que el equipo se cierre atrás y trate de salir a la contra, si no todo lo contrario. Al igual que el Barcelona, el Elche es un equipo que defiende atacando como se pudo comprobar muy claramente el pasado domingo en Balaídos. Presiona muy arriba, en campo contrario, y sale en estampida cuando consigue recuperar la pelota. Bordalás entiende que no son dos momentos autónomos del juego, el ataque y la defensa son parte de un todo.

En ese trabajo es fundamental el trabajo solidario de todos los jugadores que están en el campo y su dinamismo para replegarse y lanzarse sobre el rival a la máxima velocidad posible. Nadie busca su lucimiento personal sino que se trata de ser una pieza más en el rompecabezas del equipo.

El orden es fundamental y cada uno sabe dónde debe actuar y las funciones que debe hacer. Los centrales ayudan con sus marcajes a los pivotes contrarios y van al ataque y los delanteros hacen un trabajo defensivo espectacular. Son los primeros en presionar. Para todo ello se cuenta con un nivel físico portentoso. El equipo termina los partidos a un nivel impresionante en este aspecto y decanta los duelos al final a su favor al terminar más fresco que sus rivales.

Otra de las virtudes de este Elche es que se "traga al rival". Lanza una tela de araña al equipo contrario y lo inutiliza. El Celta parecía el domingo un equipo vulgar a pesar de la gran plantilla que tiene y de haber ganado hasta entonces todo lo que había jugado.