El Elche se quedó con la miel en los labios y la Primera División deberá esperar. Resultó duró, demasiado cruel, pero el Granada se une a la lista de equipos, que como el Getafe, el Oviedo o el Cádiz dejaron al conjunto franjiverde sin el billete para la Primera División. Este Elche lo dio todo en el campo a lo largo de la Liga, hizo soñar a su afición durante la promoción de ascenso con una meta muy bonita que no se vivía durante 23 años, como militar en la Primera División, pero el árbitro Miranda Torres anuló un gol legal a Pelegrín y esa circunstancia pesó demasiado en el juego de un Elche que terminó muriendo sobre el área de Roberto, pero que no tuvo la suerte de cara como sucedió en otros partidos para obrar la remontada.

El empate llegó en el minuto 80, por mediación de Xumetra, el Elche empujó de lo lindo para noquear a un buen Granada, pero no encontró el premio deseado y se tiene que conformar con quedarse sin llegar a la otra orilla.

El empate a uno no saca al Elche de la Segunda División por el valor de los goles a domicilio y deja a una afición desconsolada y rota. La historia le debía una alegría a este equipo, pero una vez más el fútbol le voy a dar la espalda. Quizás se merecía algo más, pero ahora tocar llorar durante una horas y mañana levantarse. La afición debe estar orgullosa de esta plantilla y cuando uno lo da todo en un terreno de juego no hay motivos para exigir algo más. El vestuario acabó roto, ya que nadie esperaba este final y a buen seguro que costará recuperarse.

El gol de Ighalo, en el minuto 28, al aprovechar una contra, marcó del devenir de una primera parte que pudo tener un final muy diferente si, en el 36, el colegiado catalán Miranda Torres no hubiera anulado un gol legal de Pelegrín, al aprovechar un rechace de Roberto, tras un cabezazo de Ángel dentro del área. Nyom rompía el fuera de juego, pero el auxiliar levantó la bandera. Con el 1-1 la película pudo ser diferente, pero el error se terminó pagando muy duro.

El Elche salió al campo presionando y tratando de llevar el control del partido ante un Granada a la espera y tratando de salir a la contra con sus jugadores más rápidos. En una de ellas, Dani Benítez vio el hueco y su compañero Ighalo dibujó una perfecta jugada individual, en la regateó a Jaime y a Carpio, para empujar el balón a la red. El Elche pasó por minutos de zozobra, pero logró reponerse y conseguir un gol que no subió al marcador.

De menos a más

La segunda parte comenzó con color claramente granadino. El Elche quería pero no podía ante un conjunto nazarí mucho mejor asentado en el campo. Bordalás intentó meter una marcha más a su equipo con Palanca, ya que a David Sánchez no lo tenía en el banquillo, y el catalán, que salía de una lesión, lo dejó todo para tratar de desequilibrar al rival por la banda izquierda. Al principio le costó, pero poco a poco se fue haciendo el dueño de ese carril.

A base de lucha el Elche trató de meter al rival en su feudo, con más corazón que cabeza. Ángel vio cómo un defensa le sacaba un balón de gol y Samuel, de cabeza, a la salida de un córner, comprobaba para su pesar como se iba fuera por muy poco. Los ilicitanos corrían el peligro de morir en alguna contra, pero no había momento para especular y se lanzaron como guerreros sobre el rival, sin importarles otras cosa que el empate.

En el arreón final del partido el Elche metió al Granada en su campo y fruto de ello llegó el gol de Xumetra al recoger un balón en el segundo palo que empujó dentro de la red el catalán. Quedaba por delante 10 minutos y todavía el milagro era posible. Palanca se erigió en la punta de lanza de su equipo por la banda izquierda pero pese a la insistencia franjiverde el balón no quiso entrar en la portería de Roberto. El Granada lo pasó mal, pero le aplicó al Elche la misma medicina que él ha suministrado a muchos de sus rivales y apenas se jugaron minutos de fútbol. El reloj fue avanzando hasta llegar al final con el empate en el marcador.

Lo peor llegó al final cuando una parte del público invadió el terreno de juego y se registró una agresión al visitante Ighalo.