José Bordalás no estuvo muy acertado en los dos últimos cambios que hizo el sábado en El Helmántico. Sacó a Ripa, que estaba cerrando muy bien su banda, por Santos, mientras que con el 2-4 se permitió el lujo de sustituir a Acciari, un hombre con mucho oficio para este tipo de partidos, para dar entrada a Etxeita, alegando que el argentino tenía una tarjeta y podía ser expulsado.

Cuando Perera hizo el 2-4, minuto 62, Acciari fue el encargado de derribar a sus compañeros mientras celebraban el gol con el fin de perder tiempo. Una muestra más de que deseaba llevar el partido al cuarto oscuro y de no dar ventajas al rival. Fue sustituido en el 66 y, a partir de ahí, llegó la debacle. Los ilicitanos tenían al rival muerto y nunca debieron permitir que el Salamanca pudiera sacar la cabeza. No había motivos para entrar en un toma y daca.

Acciari abandonó el campo un tanto cabreado ya que estaba haciendo un buen encuentro. De todas formas, cuando Bordalás le dio la mano no la rechazó. "Cuando te cambian en un campo de fútbol nunca te sienta bien y menos cuando el equipo va ganando y el partido estaba de nuestro lado. Pero el entrenador trató de hacer lo mejor para el equipo y lo de la remontada rival fue sólo una casualidad. Podía haber ocurrido conmigo en el campo", señala. El jugador tiene claro que "ahora sólo cabe pensar en el partido del viernes frente al Alcorcón. Ha dolido esta derrota, pero el este equipo tiene la virtud de no quedarse en el pasado, gane o pierda, y piensa en el próximo duelo".