El encuentro del pasado sábado en Huesca puede traer consecuencias negativas al entrenador del Elche, José Bordalás. El técnico franjiverde se expone a una multa o una sanción después de que la Policía Nacional levantara un acta por el intentó de agresión del preparador del conjunto ilicitano al entrenador del Huesca, Onésimo Sánchez, en el túnel de vestuarios a la conclusión del partido. Las fuerzas de seguridad redactaron un parte que se tienen previsto enviar al Comité Antiviolencia para que actúe.

Según testigos presenciales con los que ha podido contactar este periódico, Bordalás le lanzó un puñetazo al técnico del conjunto oscense que no le llegó a dar. Onésimo pensó en interponer una denuncia, pero decidió no llevarla a cabo ante los consejos del club oscense y, sobre todo, del vicepresidente y consejero delegado del Huesca, Agustín Lasaosa, que fue jugador del Elche. Incluso esos mismos testigos señalaron que el jugador del Huesca, Ochoa, y algunos futbolistas franjiverde, entre los que se encontraba David Sánchez, se dirigieron a Onésimo para intentar calmarlo y para que olvidase todo lo que había ocurrido en el túnel de vestuarios.

Onésimo no quiso airear los hechos y al final del encuentro señaló que "la grandeza del Elche y de sus futbolistas están por encima de un señor con mala educación, conocida en otros lugares". El preparador del cuadro aragonés indicó que "lo que pasa en el campo se queda en el campo", aunque dijo que "lo que no puede ser es que un profesional, o que se cree profesional, porque no sé donde ha estado o qué piensa, haga algo como lo que ha hecho que no es normal. Lo que ha pasado es claramente culpa suya. El Elche como institución y tantos sus jugadores como los míos, se merecen un diez. Los dos clubes están por encima de todo, pero no puede ser que un profesional encienda lo que ha encendido en el túnel de vestuarios". Además agregó que "encima ha sido torpe porque la Policía estaba de testigo y lo vio todo. Gracias a Dios no ha pasado nada, pero si hubiera ocurrido algo, el único responsable habría sido este señor".

El entrenador franjiverde no fue el único implicado en la trifulca. Según los testigos presenciales, su ayudante Javier Vidal y el médico del Elche, Ernesto Such, también estuvieron presentes en los hechos del final del encuentro.

Posibles datos falsos

Pero la situación no quedó ahí. Tras la trifulca, fuentes cercanas al Huesca aseguran que la Policía Nacional solicitó los datos a los implicados y el número del documento nacional de identidad y el domicilio que facilitó Bordalás no se correspondía con los verdaderos. Una situación que provocó algunos nervios después del encuentro y que el técnico del Elche retrasara considerablemente su comparecencia ante los medios de comunicación.

El delegado del Elche, Francisco Montoya, el presidente, José Sepulcre, y el consejero delegado, Juan Carlos Ramírez, intentaron calmar los ánimos y apaciguar la situación, porque, según aseguran testigos presenciales, las fuerzas de seguridad estaban dispuestas, incluso, a retener a José Bordalás.

Bordalás niega los hechos

El preparador franjiverde José Bordalás calificaba ayer de "cuento" todo lo que se le acusa desde Huesca y lo negaba de forma categórica. "Todo lo que dice es una mentira", insistía.

El técnico comentaba que "el único que provocó fue el técnico del Huesca Onésimo. Al final del partido se quedó parado en las escaleras de entrada a los vestuarios riéndose y provocando a la gente. Íbamos muy quemados por lo que el árbitro nos había quitado y hubo palabras contra él de varios jugadores, pero en ningún momento me dirigí a él para darle un puñetazo. Repito, eso es una mentira muy grande y no entiendo a qué vienen ahora con este tema".

Bordalás sí reconocía que la "Policía Nacional tomó mis datos y de mucha gente de la que estaba allí dentro del túnel de vestuarios, ahí está el delegado como testigo para testificar que no quise engañar a nadie y dí todo de forma correcta". También se solicitaron las filiaciones del médico franjiverde Ernesto Such, del técnico oscense Onésimo Sánchez y de otra persona perteneciente al organigrama técnico del Huesca".

Y es que los ánimos se calentaron en el transcurso del encuentro. Bordalás y su ayudante, Javier Vidal, se quejaron de que Onésimo estaba presionando al cuarto árbitro. "Le dije al cuarto árbitro que cómo podía admitir que desde el banquillo del Huesca quisieran pitar el partido. Cada falta que hacíamos pedían cartulina y así una y otra vez. Resultó agobiante", insistía ayer el técnico franjiverde.

Los dos entrenadores vieron la cartulina amarilla y todo el intercambio dialéctico terminó con risas por parte del banquillo del Huesca tras el empate en una jugada ilegal.

José Bordalás también fue acusado la pasada campaña de lanzar un puñetazo contra el centrocampista de la Real Sociedad Rivas después del encuentro en el que el Elche ganó en Anoeta por 0-1. Tanto en aquella ocasión, como en la actual, el colegiado no lo reflejó en el acta, porque llegó más tarde al túnel de vestuarios.