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Pepe Bordalás, entrenador del Elche, se ha desmarcado hoy de la euforia que se ha desatado entre la afición ilicitana por la marcha del equipo que opta a una plaza de ascenso veintidós años después y ha argumentado que el partido contra el Villarreal B "no es una fiesta".

"No hemos ganado nada y no hay nada que celebrar, aunque la respuesta de la afición para este partido es espectacular y la gente está ilusionada y eufórica. En cualquier caso, debemos tener los pies en el suelo, para afrontar un partido muy complicado", dijo.

El entrenador alicantino ha insistido en que las fiestas se hacen para celebrar algo y el Elche todavía no ha conseguido nada. "Hay que venir y disfrutar, porque el partido es importante, pero no una final", continuó.

"No creo que nos pese la responsabilidad de jugar ante 30.000 espectadores. La presión la tienen los parados, que tienen que sacar a su familia adelante", añadió.

Bordalás, que tiene a toda la plantilla disponible, no se pronunció sobre el rival y se limitó a decir que si no juegan con su sello, tendrán dificultades "porque el Villarreal B es un buen equipo y está haciendo una temporada sensacional".

"Es un filial, pero tiene jugadores de mucha calidad, algunos de ellos internacionales en sus países. Tenemos que jugar a un nivel muy alto para superar a un gran rival, que hace transiciones muy rápidas y tiene mucha posesión de balón", ha continuado.

El entrenador ilicitano considera que lo mejor para sacar adelante este partido es aislarse de la euforia que rodea al equipo, ya que la semana que viene será muy larga si pierde el equipo.