El entorno digital, las nuevas formas de hacer negocio y la tecnología juegan un papel fundamental en el desarrollo de las empresas, tanto en la mejora de procesos como en la prestación de servicios. Es un error pensar que esta realidad sólo tiene un efecto relevante en las grandes corporaciones, porque las herramientas basadas en Internet de las Cosas pueden adaptarse a diferentes proyectos y optimizar los números de cualquier negocio, incidiendo en aspectos clave como la reducción de los costes operativos, el aumento de la productividad, la expansión a otros mercados o el desarrollo de nuevas ofertas de productos.

La aplicación de IoT no tiene límites. Sin demasiadas inversiones y con un coste relativamente bajo, es posible optimizar el funcionamiento interno de una empresa incorporando la conectividad a los procesos productivos y a los distintos departamentos. Esta tecnología se utiliza con éxito tanto en el sector industrial como en retail, así como en todo tipo de pymes, tanto en las que producen mercancías, como en aquellas que ofrecen asesoramiento y servicios o en las que se centran en el comercio, la logística, el e-commerce, la seguridad o la salud.

Manejo de datos

A través de la automatización, monitoreo y recopilación de datos, pymes y autónomos pueden mejorar sus procesos productivos, aumentar los niveles de gobernabilidad y a través de la comunicación en tiempo real mejorar la velocidad de la toma de decisiones y los tiempos operativos. El almacenamiento y procesamiento de información mediante big data y softwares conectados con otros dispositivos, permite vincularse con clientes, reales o potenciales, estableciendo una relación constante para conservarlos o conquistarlos. El procesamiento de datos también es clave en aspectos como el resguardo de facturas, el control de pedidos, registro de inventarios, información fiscal o con la lista de proveedores. Además, puede realizarse a través de la Cloud o computación en la nube, algo que ahorra gastos de personal y protege la información de ciberataques.

Para una pyme que produce mercancías, la utilización de IoT optimiza su funcionamiento mediante sensores que monitorean los sistemas de producción, y en el caso de un pequeño negocio productor de alimentos, es posible registrar y manipular de forma automatizada la temperatura que los víveres necesitan para conservarse. Para gestionar cultivos en extensiones de tierra no muy grandes, los sensores hacen posible monitorizar y conocer aspectos como el contenido bioquímico del suelo, su humedad y acidez, algo que permite definir el tipo de siembra y riego para obtener una buena cosecha. En el sector sanitario, además de almacenar el historial médico de las personas, el empleo de Internet de las Cosas permite un seguimiento y realizar diagnósticos automatizados mediante el uso de dispositivos (wearables, nanotecnología, monitoreo) destinados a conocer el estado de la salud de los pacientes.

Oportunidad de negocio

En todo el mundo hay actualmente cerca de 8.400 millones de dispositivos conectados, cifra que según los expertos en 2020 ascenderá a 20.400 millones. Internet de las Cosas es una oportunidad de negocio y para aprovecharla hay que transformarse y pensar digitalmente, además de disponer de un buen sistema de gestión de datos. En los últimos cinco años se ha duplicado la proporción de empresas que utiliza IoT y los mayores crecimientos se han producido en sectores como el transporte y la logística, seguidos del comercio minorista. Más allá de la reducción de costes, riesgos o del aumento de ingresos, el principal foco de interés del uso de IoT está en el aumento de la eficiencia, y los beneficios se detectan rápidamente en el departamento de marketing para la recepción de datos en tiempo real sobre consumidores, en el de logística con el fin de controlar el proceso de envío, o en la cadena de producción.