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aja Mediterráneo obtuvo en 2007 unos beneficios de 385,7 millones de euros, lo que representa un 15,2% más que en 2006. Los resultados, presentados ayer en Murcia al Consejo de Administración de la entidad, reflejan el mejor balance en la historia de la institución, pero comienzan a presentar algunos de los síntomas que caracterizaron la segunda mitad del año pasado en el escenario financiero, enrarecido por las turbulencias en las bolsas.

El crecimiento, pese a ser bueno y producirse en un marco general de caída en las operaciones de créditos, es casi seis puntos inferior al obtenido en 2006. Este año "será más complejo que 2007", reconoció ante los periodistas el máximo directivo de CAM, Roberto López Abad. El director general y el presidente, Vicente Sala, señalaron que la caja "deberá adaptarse a una coyuntura menos favorable" que no impedirá trabajar sobre una previsión de resultados "cercana a los dos dígitos" de incremento porcentual sobre el ejercicio pasado".

Sala destacó que todos los márgenes del negocio experimentaron una evolución positiva en relación con 2006. El de intermediación, con 1.060,1 millones de euros al cierre, aumentó en 162,8 millones, un 18,15%. El margen ordinario se situó en 1.754,8 millones de euros (+25,32%);. López Abad añadió que "los esfuerzos llevados a cabo en los últimos años en una clara línea de contención han permitido situar el índice de eficiencia en el 34,6%, 5,3 puntos mejor que en 2006, lo que coloca a la entidad en una posición de ventaja para afrontar los retos de la intensa competencia". El volumen de negocio gestionado se situó en 123.002 millones de euros, lo que representa un incremento del 15,7% en relación con 2006. El crédito se situó en 60.618 millones de euros, con un avance en el año del 17,1%.

En este sentido, la caja reconoció ayer la desaceleración de sus inversiones crediticias en el sector inmobiliario, que en septiembre de 2007 había decrecido en 10 puntos respecto al año anterior. Roberto López explicó que a pesar de que el 70% de los créditos CAM son hipotecarios (21% destinados al sector inmobiliario; 7% a la construcción y obra civil; y 35% a la adquisición de vivienda propia);, la desaceleración del ladrillo sólo afectará en una pequeña parte a la caja. "Por primera vez habrá datos menos favorables [en el sector de la vivienda], pero seguirán siendo favorables. Crecerá menos, pero crecerá porque el parque de viviendas continúa aumentando entre los inmigrantes, propietarios monoparentales y nuevas parejas. No serán las 800.000 viviendas de hace un tiempo, pero serán 400.000. Ni será el colapso universal ni se acaba la vida", apostilló el directivo.

A su juicio, "si hubiera crisis inmobiliaria, aun siendo importante, este sector sólo representa el 14% del PIB, por tanto su impacto estaría matizado".

Ni Sala ni López se extendieron en la ya aprobada salida a Bolsa con la emisión de cuotas participativas. "Habrá que esperar a que los mercados se estabilicen", puntualizó el presidente.