El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, consideró ayer que la inflación va a seguir registrando aumentos en los próximos meses hasta abril, cuando «probablemente» empiece a bajar la tasa, y no descartó nuevas subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo. El BCE, dijo, «está dispuesto a actuar si observa que se producen efectos de segunda ronda», es decir, si se trasladan a otros precios y a los salarios los encarecimientos del crudo y la «transitoria» subida de la inflación, declaró Fernández Ordóñez en la comisión de Presupuestos 2008 del Senado.

En cualquier caso consideró que «todavía no hay datos suficientes» que muestren que se han producido dichos efectos, y señaló que la «sorpresa» de la fuerte subida de la inflación en Europa y España se ha producido en el último mes, por lo que hay que analizar todos los datos antes de la reunión del BCE de diciembre.

Las expectativas de inflación en el medio plazo, dijo, están «todavía ancladas», y el «problema» es ver «qué va a suceder» por parte de los empresarios y las negociaciones salariales en Europa, donde aún hay ciertos mercados con «cierta falta de holgura» para adaptarse a la subida de los precios. Añadió que el grado de incertidumbre de los últimos meses no sólo supone «riesgos más a la baja en el crecimiento», sino también, y «desgraciadamente, riesgos más al alza en el aumento de la inflación».

Señaló que el aumento «espectacular» de los precios del petróleo y de los alimentos ha sido «realmente inesperado en Europa y en España» y «nadie lo ha podido prever». Aunque en su opinión la subida de la inflación es «transitoria», el problema es que se perciba por la población «como no transitoria» y se traslade a otros precios y salarios, lo que provocaría los citados efectos de segunda ronda, que «sí que son peligrosos y podríamos no ver descender la inflación». Fernández Ordóñez consideró que el BCE estará «alerta» para ver si se producen estos efectos, y si es necesario «se tomarán las medidas para asegurar la estabilidad» de precios.

Por otro lado, Fernández Ordóñez mantuvo que la economía española podrá crecer el año que viene «en el entorno del 3%», aunque matizó que esta proyección se cumplirá siempre que el episodio de turbulencias financieras tenga una «duración limitada». Consideró así que un crecimiento como el registrado por la economía española en el tercer trimestre, del 3,8%, «sigue siendo muy alto y debería de alguna forma desacelerarse si queremos recuperar los desequilibrios».

El gobernador señaló que el año que viene cabe esperar que continúe la «desaceleración gradual» del precio de la vivienda y un «ajuste de la demanda» en el mercado inmobiliario, y añadió que es «difícil» que se mantengan los niveles actuales de inversión empresarial y en construcción. Además incidió en la necesidad de mejorar la competitividad de las empresas, en un momento en el que es «crucial» la aportación del sector exterior y de la inversión productiva para compensar el efecto del menor gasto de los hogares en el crecimiento económico. Ordóñez volvió a reclamar al Gobierno que aspire a lograr un mayor superávit público, para lo que también deberían contribuir todas las administraciones, «especialmente las comunidades autónomas».