L a firma alicantina de productos de higiene industrial Jofel ha decidido trasladar gran parte de la producción de su sede en la capital hasta otras zonas de la provincia y despedir a 41 trabajadores dentro de un plan empresarial que pretende mejorar su competitividad y que ha sido acordado con los representantes sindicales.

Las medidas, pese al pacto firmado, han creado gran inquietud sobre el futuro laboral en una de las compañías líderes del sector a nivel nacional, con implantación internacional . La anterior reestructuración, que ya afectó hace dos años a 22 empleados por el impacto de la competencia asiática, es un antecedente que tiene muy presente la plantilla. De hecho, algunos trabajadores aseguran que parte de las instalaciones dedicadas a talleres está vacía y se ha destinado a la logística. Este extremo fue confirmado por el secretario general del sector del metal de CC OO en l´Alacantí-Les Marines, Anselmo Martínez, que entiende la incertidumbre que manifiestan los trabajadores.

El reajuste actual ha sido la fórmula encontrada por la empresa - cuyo accionista principal es la firma de capital riesgo Mercapital - y los representantes sindicales para permitir a la compañía «mantener una posición competitiva en el mercado que asegure su viabilidad futura», según establece el acuerdo. Durante la negociación, el comité intentó otras vías menos traumáticas, que, finalmente, fueron descartadas, como también se refleja en el texto.

Tras el pacto, la plantilla de Jofel se sitúa en torno al centenar de empleados. No obstante, sobre este aspecto, las cifras bailan. Fuentes de la compañía cuantifican la masa laboral en 150 personas, mientras que CC OO suma las 30 que quedan en la sección de producción y las cerca de 60 que pertenecen a administración, es decir no más de 90. En cualquier caso, ambas cifras quedan lejos de los 250 empleados con que contaba la empresa (incluidos los vendedores); antes de que Mercapital entrara en el accionariado en 2001.

El acuerdo que ha suscitado los temores sobre el futuro entre la actual plantilla se firmó en julio pasado y el proceso de negociación es considerado «modélico y transparente» por la compañía, según fuentes de Jofel, que valoran el «total acuerdo» con los representantes sindicales.

Indemnización y recolocación

En el mismo, ambas partes admiten la necesidad de mejorar la competitividad y pactan la externalización de las secciones de producción de inyección de plástico, aparatos y textil de la sede de Las Atalayas. Los traslados han sido a otras localidades de la provincia como Ibi o Aspe y, anteriormente, al polígono alicantino de La Vallonga (papel);, según confirma Anselmo Martínez. Pero estos destinos, sin embargo, no son concretados por la compañía, que sí destaca «que lo más importante es que esta producción se queda en la provincia», en vez de trasladarla a China, donde la sociedad está también implantada. A los 41 trabajadores despedidos les corresponde una indemnización de 45 días de salario por año trabajado, según el acuerdo, que establece dos fases para la salida de los empleados entre julio y septiembre y por adscripción voluntaria. En estos momentos, 37 se encuentran ya fuera de la compañía y cuatro aún forman parte de la plantilla, a expensas del traslado de la línea de textil, según matizan las mismas fuentes de Jofel. En este sentido, la empresa también resalta que de los trabajadores despedidos, un tercio ya está recolocado, dado que la reubicación laboral es uno de los compromisos acordado con los sindicatos.

Acerca del futuro del mantenimiento de la factoría en Las Atalayas que tanto inquieta a los trabajadores, la mercantil no desvela planes futuros, aunque sí asegura que el actual equipo gestor «apuesta por la compañía».