Playmobil Ibérica reduce un 25% su facturación y deja de fabricar sus clicks en Onil

El último ERE ejecutado por la compañía supuso el fin de la producción en las instalaciones de la Foia, que ya solo se dedican a la distribución

La firma negocia un nuevo ajuste con los sindicatos

Las instalaciones de la sede de Playmobil en Onil, en imagen de archivo.

Las instalaciones de la sede de Playmobil en Onil, en imagen de archivo. / Juani Ruz

David Navarro

David Navarro

Ya no habrá más clicks alicantinos. Playmobil Ibérica, la filial de la compañía alemana que fabricaba estos populares muñecos en Onil, puso fin a su producción en estas instalaciones a finales del año pasado, tras la constante caída de ventas registrada en los últimos tiempos, que sólo en el último ejercicio se llevó por delante más de un 25% de su facturación.

Así lo reflejan las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil por la compañía - correspondientes al ejercicio comprendido entre abril de 2022 y marzo de 2023-, que también dan cuenta de la importante reducción de personal llevada a cabo en la factoría, que ya ha pasado a convertirse únicamente en un centro de distribución.

De esta forma, la división española de Playmobil cerró el ejercicio con unas ventas 40,7 millones de euros frente a los 54,5 del año anterior, un 25,4% menos, lo que también se tradujo en un recorte prácticamente a la mitad de sus beneficios, desde los 2,2 a los 1,2 millones de euros. Una mala evolución que se suma a la registrada en los años anteriores y que ha llevado a la firma a perder casi 33 millones de ingresos (el 44% del total) desde el año 2018, cuando comenzó su senda descendente.  

En el propio informe de gestión que acompaña a las cuentas, los administradores de la empresa ponen de relieve el "incremento considerable de costes" al que ha tenido que hacer frente la compañía –el precio del plástico se disparó a raíz de la guerra de Ucrania, a lo que se sumó la subida de la energía-, y que tuvo que repercutir "parcialmente" a sus clientes. Una subida de precios que, además, se produjo en un momento en que otros productos de primera necesidad también elevaron su coste, lo que se tradujo en menos disponibilidad de dinero para comprar juguetes, tal y como también señala el informe.

Además, los responsables de Playmobil también alertan en el documento de las consecuencias del exceso de stock con el que finalizaron muchos establecimientos en la temporada 2022-2023, lo que anticipaba una nueva caída de pedidos para el siguiente ejercicio. Una situación a la que también suman la baja natalidad en España o la "transformación" en la que se encuentra inmersa el sector del juguete tradicional.

Todo ello llevó a que, tras el cierre de este último ejercicio, la compañía decidiera poner en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó a 26 de los 61 trabajadores con que contaba al finalizar el año anterior. Todos ellos del departamento de producción, que se disolvió por completo, según la terminología que emplea la compañía –que no ha respondido a la petición de información de este diario- en sus balances oficiales.

Una exposición de clicks.

Una exposición de clicks. / Tony Sevilla

De esta forma, aproximadamente desde septiembre, Playmobil Ibérica ha pasado a ser un centro meramente logístico, mientras que la fabricación que se realizaba en Onil ha pasado a otras factorías de la firma. Sin embargo, todo apunta a que los recortes no han acabado, ya que la firma ha comunicado a los sindicatos su intención de realizar nuevos ajustes.

De Famobil a Playmobil

Nacidos en Alemania, fruto de la necesidad de reducir el tamaño de los juguetes para utilizar menos plástico durante la crisis del petróleo de 1973, los populares clicks llegaron a Onil en 1976 de la mano de la juguetera Famosa, que se convirtió en licenciataria de la marca. De ahí que en una primera etapa se los conociera en España como clicks de Famobil, la marca que adoptó esta alianza. Fue a partir de 1983 cuando la compañía alemana decidió quedarse con el negocio y creó Playmobil Ibérica, que se quedó con la fábrica. Desde entonces, las instalaciones han sufrido diversas vicisitudes, como un incendio que arrasó la fábrica en 1998.

La situación de la filial española no es la única de la compañía que ha sufrido recortes en el último año. En octubre la firma anunció la supresión de casi 700 empleos en todo el mundo hasta el año 2025, de los que más de la mitad serán en Alemania.

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