Los ajustes de plantilla que tuvieron que realizar la mayoría de empresas como consecuencia de la crisis empieza a pasar factura ahora a muchas de ellas, a medida que la recuperación aumenta su carga de trabajo. Especialmente, en aquellos sectores donde encontrar trabajadores con la titulación adecuada no es tan sencillo, a pesar del elevado nivel de paro que persiste a nivel general. Así ocurre, por ejemplo, con las empresas de montaje y mantenimiento de ascensores, donde el sobreesfuerzo que realizan los oficiales en estos momentos en todo el país ha llevado al sindicato CC OO a organizar una campaña de movilizaciones, que iniciarán mañana con una concentración en Madrid.

Según denuncia el secretario general de la Federación de Industria en CC OO en l´Alacantí -les Marines, Juan José Pastor, el volumen de trabajo que programan las empresas para estos profesionales está llevando a que, descontado el tiempo que tienen que emplear en los desplazamientos, apenas les queden seis minutos para realizar la revisión de cada ascensor. «Está claro que mucho no pueden hacer en ese tiempo y no sólo estamos hablando de las condiciones laborales de unos trabajadores, también de la seguridad de los usuarios», señala Pastor.

Así, la principal reivindicación del sindicato es que la legislación vuelva a limitar el número máximo de revisiones que puede realizar un sólo oficial, como existía hasta hace unos años.

Como explica Pastor, el problema se gestó durante los de la crisis. «Antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, las empresas de ascensores solían tener una doble plantilla: una se encargaba de los montajes de los nuevos aparatos y otra de la conservación. Con la crisis las primeras se redujeron más de un 70% y las de conservación, aunque al principio se mantuvieron, luego poco a poco también fueron recortándose», señala el sindicalista.

Ahora las empresas vuelven a tener más trabajo pero las plantillas no están creciendo en la misma medida. En parte, porque durante este tiempo ha cambiado la legislación y también la acreditación que se exige a los profesionales del sector para ejercer como conservadores de ascensores. Una exigencia que se introdujo en 2013.

Sin querer valorar las denuncias de CC OO, el secretario general de la Federación Alicantina del Metal (Fempa), Luis Rodríguez, señala que existe «un claro déficit de profesionales cualificados en el sector», lo que está dificultando a las empresas encontrar trabajadores para incrementar sus plantilla. «Cuando entró en vigor la nueva Instrucción Técnica Complementaria en 2014 las empresas tuvieron un año para acreditar a sus trabajadores en base a la experiencia laboral que tenían pero fueron pocas las que lo hicieron», reconoce el representante patronal. Superado este tiempo, para obtener el reconocimiento de conservador de ascensores las únicas vías que quedan para obtener esta titulación es haber cursado una carrera universitaria cuyo plan de estudios incluya los conocimientos necesarios -normalmente una ingeniería-; cursar un ciclo de FP o realizar un curso para obtener un certificado de profesionalidad.

Esta última vía sería la más sencilla pero el problema es que existen muy pocas instalaciones donde realizarlo. En concreto, según el secretario general de Fempa, tan sólo el propio centro de formación que la patronal alicantina tiene en el polígono de Agua Amarga -que cuenta con un simulador donde recibir la formación práctica- y otro centro en Barcelona.

Según los datos aportados por la propia patronal, desde que construyó esta infraestructura ya son siete ediciones las que ha impartido del curso para obtener el certificado de profesionalidad en conservación de ascensores, con más de 100 alumnos, y el grado de inserción laboral es del 100%. O dicho de otra forma, que quien consigue la titulación tiene trabajo casi asegurado. Eso sí, tampoco es tarea fácil ya que se trata de 560 horas de formación.

En cualquier caso, otro ejemplo más del desajuste que existe en el mercado laboral.